orre, corre caballito, trota por la Ciudadela...": el alcalde Maya canturrea esta secuela musical de aquel éxito de Marisol. En unos días se celebrará el Gran Premio de Hípica "Murallas de Pamplona". Camino de una supervisión personal de los preparativos, evita pasar por el paseo de Sarasate. Las centenarias estatuas de reyes navarros se mofan de su irónica ensoñación de futuro bulevar donostiarra y le aplican la medicina musical de otro estribillo popular: "¡Maya, Maya, aquí no hay playa!". El evento fue presentado con "vocación de permanencia" (al menos mientras él permanezca en la presidencia municipal). Toneladas de arena de sílice han modificado el suelo de un tramo de los fosos, donde demostrarán sus habilidades 300 jinetes y 280 caballos. Del 2 al 5 de septiembre, concurso nacional de saltos y pruebas espectáculo; del 10 al 12, doma clásica y paraecuestre. La hípica tiene antecedentes en Pamplona, con históricas instalaciones y competiciones en el Estadio "General Mola" (ahora avenida del Ejército) y en el Club de Tenis. Presenta diferentes modalidades. Salto de obstáculos: recuperación de la pasarela del Labrit, restauración de la Noria de la Sangre (Magdalena), diseño del carril bici Txantrea-Ensanche o el futuro de los Caídos. Complicados. Obstáculo previo: la opacidad en la financiación, con un desembolso cercano a los 220.000 euros. Al tomar posesión del cargo, Maya se exhibió en otra modalidad: la doma clásica: delegaciones de área o especiales para todo su grupo. Armonía en la actuación con la fusta lubricada de la asignación económica. Otra prueba en programa, las carreras de tiro pesado: destreza y potencia para arrastrar el volátil carruaje del PSN. La más desagradable, el enduro ecuestre o rally sobre el áspero camino de la oposición de EH-Bildu. Parte más galana: enganche ocupado por un vocal de la Federación de Hípica, concejal afín, y una militante implicada en la arquitectura del recinto. A cabalgar.