Esto de las preferencias es un mundo. Hay quien prefiere trabajar con tíos. Hombres, tíos, que prefieren trabajar con tíos y mujeres, tías, que prefieren trabajar con tíos. Los tíos son lo más. Seguramente hay mucha gente que no tiene las ideas tan claras y haciendo memoria encuentra dos o tres o seis momentos en que trabajó muy bien o muy mal pero luego los datos segregados por sexo no le dan para conclusiones tajantes porque no fue el sexo un factor relevante en la calidad del trabajo. ¿Es lo mismo preferir trabajar con tíos que con blancos o con gente de aquí o sin sobrepeso? ¿Forman los tíos y formamos las tías colectivos tan homogéneos como los negros o las rubias? Preferir trabajar con tíos o con tías adjetiva. Como preferir trabajar con gente de aquí o de fuera.

La ministra de Justicia hace unos años prefería trabajar con tíos. No sé qué le parecerá su trabajo actual, con tanta tía. Mucha gente afirma que los tíos son otra cosa, que van más a lo que hay que ir, que las tías somos más pejigueras, más tiquismiquis, que son más nobles desde críos. Creo que empiezo a ver de qué va esto, pero igual me equivoco. La ministra de Justicia prefiere trabajar con tíos con coches grandes y buenos sueldos. No la veo trabajando con otra clase de tíos. En ese caso igual prefería trabajar con tías con coches grandes y buenos sueldos. Con otras ministras, por ejemplo. Me da que lo que prefería la ministra hace unos años era afianzar un estatus. Una pretensión legítima. Y para afianzarlo, pues dime con quién andas. Como el negro del chiste que quería estudiar en pupitre como los blancos. Parece que si vas con tíos se te pega algo. Algo bueno, vaya.