n Europa, según datos aportados por la Comisión en 2020, el 33 % de las mujeres ha sufrido violencia física o sexual, el 22 % de las mujeres ha sufrido violencia por parte de su pareja y el 55 % de las mujeres ha sufrido acoso sexual. La trata, la mutilación genital, el matrimonio precoz y forzado y la violencia por asuntos de honor son amenazas reales.

El Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE) señala que el coste económico de la violencia contra las mujeres y las niñas en la UE asciende a 289.000 millones de euros al año. Algo así como 54,80 veces los presupuestos generales de Navarra para 2022. Si a 1 de enero de 2021 en Navarra vivíamos 661.023 personas, calculen que la prevención y la atención a la violencia de género consumen el presupuesto anual para algo más de 36 millones de personas. Una cifra que siendo considerable es solo una parte de lo que se necesita, puesto que ni todos los casos se conocen y atienden ni la atención cubre todas las necesidades, ni lo dedicado a prevención parece suficiente.

Esta violencia es consecuencia de la desigualdad y a pesar de los avances falta mucho. En esta Europa donde las chicas estudian más que los chicos, el 44 % de la población, que se dice pronto, cree que el cometido más importante de una mujer es cuidar su hogar y un cercano 43 % que el cometido más importante de un hombre es ganar dinero, son datos del último eurobarómetro sobre igualdad de género.

Como los datos tienen esa naturaleza doble, son llamativos y olvidables, es bueno alternarlos y contrastarlos con el relato cercano. ¿Tú te reconoces en estos datos? Es una posible pregunta para formular cuando se tiene confianza y disposición para escuchar.