ermina hoy una semana plagada de decepciones y chascos, vivida con la sensación de un incómodo revoloteo a punto de explotar en la cara. Así, tras décadas en la que todos los gobiernos decían apostar por la celebración de un referéndum por la libre determinación del pueblo saharaui, Sánchez se ha doblegado a Marruecos y acepta una autonomía para la zona, una propuesta “más seria y realista” que logre la solución al conflicto. Luego está ese consejero madrileño y sus gestos en busca de pobres en su comunidad, menospreciando un informe de Cáritas sobre el tema. Sus palabras son cretinas y repugnantes, pero que su gente no le corrija sí que resulta verdaderamente aterrador. Tercer ejemplo, éste muy de aquí. El Ayuntamiento de Pamplona, es decir, el equipo de UPN no tiene intención de continuar con el expediente de transformación de Los Caídos. El armatoste, el segundo monumento franquista más grande tras el del Valle de Cuelgamuros, ni se reformará ni se resignificará por ahora. La edificación construida en honor a los navarros del bando sublevado que fallecieron en la Guerra Civil permanecerá tal cual, aislando el Ensanche de Lezkairu, y viceversa, y sobre todo taponando el corazón de tantos y tantos que repugnan y rechazan aquello de Navarra a sus Muertos en la Cruzada.