Barcina: la soga en casa de UPN
Salvada la mamandurria de la Diputación, las huestes barcinianas -no equiparar a toda la militancia regionalista- cantan la épica victoria de haber sobrevivido a una moción de censura ya lanzada y paladean el éxito añadido de que el mismo PSOE que la frustró se haya comprometido en público a vetar en Navarra cualquier gobierno soportado por la izquierda abertzale, sea por la acción del voto a favor o por la omisión como abstención. El enardecimiento del reciente triunfo presidencial enmascara sin embargo la porca miseria que comporta a futuro para UPN. Para empezar, porque, radicalizando al PSN tras expulsarlo del Gobierno, Barcina ha conducido al patíbulo electoral, Ferraz mediante, a la única sigla que puede prestarle la mayoría absoluta y a la que presumiblemente van a sangrar I-E y Geroa Bai; y, para continuar, porque, aun en el remoto caso de que el sociorregionalismo hollara esos 26 escaños en 2015, no parece plausible que la dirección que rija el PSOE entonces esté por la labor de pastelear con la mandamás regionalista para evitar a sus correligionarios navarros el enésimo escarnio. Y es que, si la vigente cúpula del PSN dice abjurar de toda interlocución con Barcina, con mucha más razón quien suceda a Jiménez como candidato, además de por las vejaciones sufridas, por la constatación de que la marca se ha dejado del bracete de UPN la mitad del sufragio de 1991. De hasta qué punto Barcina se ha tornado en la soga de la sigla a la que representa y puede acabar ahorcando da cuenta la presunción de que, incluso aunque el PSN obviara la debacle electoral por la cohabitación con UPN, su perfil obstaculizaría todo acuerdo de gobierno de resultar factible. Que probablemente no lo sea, también porque a su errática gestión Barcina ha añadido una codicia -cobro de sobresueldos secretos, subida de salario, alta en la UPNA sin trabajar- que pasará factura en las urnas. El problema para UPN radica en cómo descabalgar a la presidenta al alimón de Navarra y del partido si no se echa a un lado mostrando una generosidad inédita en ella y por ello inimaginable.