osasuna estaría abocado a la disolución si fuese una empresa, pero como da nombre a un club del omnipotente fútbol aún mantiene el pulso, básicamente porque Hacienda no le reclama en vía ejecutiva los 47 millones que le debe. Los 74,2 millones de deuda global dibujan una situación agónica -terminal si antes del 31 de julio no se abonan 5,2 a los jugadores-, por lo que urge reestructurar tan mastodóntica pella mediante la renegociación del plan de pagos al fisco y también a la banca (12,8 millones), incluyendo una quita a los proveedores (2,8), mediante una gestión financiera tan austera como rigurosa bajo supervisión del Gobierno foral como máximo acreedor. Los pilares de esa cultura contable corresponde asentarlos a la gestora de Osasuna, desde el suficiente conocimiento numérico y la experiencia en las relaciones institucionales de su presidente Zabaleta. Bien entendido que se trata de un ente transitorio con el doble objetivo de asegurar a tres meses vista la pervivencia del club, lo que exige la contratación de un entrenador comprometido y el diseño de una plantilla corta y barata, y de auspiciar un proceso electoral transparente y garantista que depare una directiva de salvación con economía de guerra. Esa junta deberá necesariamente abordar la práctica refundación del club, lo que pasa por su redimensionamiento y por propiciar un enfoque más analítico de la cantera, pues Tajonar puede tener dificultades para producir zurdos, creadores de juego y arietes de calidad, pero nunca para gestar porteros, carrileros diestros, centrales o medios de contención. Sin perjuicio de que alguien debiera exigir responsabilidades por la quiebra técnica -a quienes hicieron pero también a quienes dejaron hacer, dentro y fuera-, queda la reflexión pendiente de hasta dónde le alcanzan al club los recursos propios que puede generar. Porque tal vez la marca Osasuna, con 14.000 socios en una comunidad de apenas 645.000 habitantes y su tejido empresarial equivalente, ya no dé para esta Primera de salarios brutales. Mientras llegan las respuestas, suena de fondo un réquiem por Osasuna.