Una espera de siete años para llegar a la sesuda conclusión de que la principal amenaza del momento es el terrorismo yihadista. Así puede resumirse perfectamente la cacareada cumbre en Barcelona entre representantes de 36 países de la UE y de la ribera sur del Mediterráneo, un cónclave express profuso en fotos y yermo en un acuerdo de bases para enfrentar un riesgo tan real como creciente de una forma integral, desde luego no sólo manu militari. Porque la coordinación internacional que se reclama debiera sustanciarse antes que nada en unas premisas compartidas, la principal, que no hay peor manera de minimizar el fenómeno que estigmatizando religiones o criminalizando áreas geográficas. Desde la doble evidencia, primero, de que en la radicalización de personas dispuestas a morir matando -jóvenes especialmente, también criados en Europa- se observa con nitidez una respuesta fanática ante la agresión que sienten en forma por ejemplo de precariedad económica u opresión cultural; y, en segunda instancia, de que el abordaje policial o incluso militar del yihadismo, una vez fracasadas las medidas preventivas en unos sujetos concretos, debe atenerse al principio inviolable de la individualización de las conductas criminales, sin agujeros negros legales. Con el corolario de que sólo debe recurrirse a la fuerza contra un Estado cuando resulte estrictamente imprescindible, en el marco de un procedimiento restrictivo, proporcional y consensuado en Naciones Unidas que prevea un plan de paz efectivo y con los estímulos económicos precisos para cuando cesen las hostilidades. Habrá que esperar a la reunión de junio, también en Barcelona, con representantes religiosos de la Alianza de Civilizaciones para comprobar si el afán meramente propagandístico guía también esa cita. Por lo pronto, veremos cómo en nombre de la persecución del abyecto yihadismo se intentan legitimar, particularmente en España, los recortes de derechos individuales y colectivos. Como si las libertades públicas pudieran cercenarse a discreción con la burda treta de agitar el miedo de la ciudadanía más acrítica.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
src="https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/statics/js/indexacion_Trebe.js">