no está bien hacer publicidad encubierta en este espacio, pero esta vez no me puedo resistir, he caído en la tentación, como una más de los miles que lo han hecho. Me llegó el mensaje, descargué el vídeo, lo vi, me gustó, me pareció ocurrente y enseguida lo reenvié y pensé cual de los platos de la carta del restaurante Deliciosa Calma me vendría bien esta temporada. Lo mandé igual a hombres y mujeres. Y no precisamente por promocionar la marca sino por la ocurrencia de la propuesta: hablar de nosotras y de las desigualdades que todavía padecemos en la doble jornada que asumimos y hacerlo con sentido del humor, esa eficaz herramienta educativa. El vídeo en cuestión se ha vuelto viral. La pequeña historia de Deliciosa Calma se adentra en un restaurante para mujeres con apetecibles recetas contra el estrés, con ingredientes como el extra de “me la resbala” o “la reducción de jornada laboral”, que se añaden a los platos que conforman nuestro menú de quehaceres diarios, con especial cuidado para todas aquellas que tienen “alergia a la presión social”. La marca critica con ironía y sentido del humor esa presión que nos lleva a querer y a tener que ser supermujeres en todos los ámbitos de la vida. Es curioso, sin embargo, como la campaña ha despertado el rechazo de gran parte de la población masculina, que se siente que un anuncio así los discrimina. Yo no lo creo, aunque entiendo que no guste. Hay quienes dicen que si llega a ser al revés lo habríamos tildado de machista, pero es que el revés, por desgracia, pocas veces se da en la vida diaria y hay que reconocerlo, sin que eso signifique hacer de menos al otro. Aunque no me gusta la idea de que sea un restaurante solo para mujeres, creo que estaría bien poder compartir en pareja las recetas de Deliciosa calma, porque mientras cada uno o una se lo guise y se lo coma por su lado la calma no será deliciosa del todo. Eso sí, me da que la marca de productos cárnicos envasados tiene muy claro quien hace la compra, porque muchos ya han planteado el boicot, como si ese anuncio más que vender un producto estuviera lanzando paquetes de dura realidad y eso, es lo que algunos no quieren comprar.