Entre los cientos de fotos y memes que circularon el pasado fin de semana con motivo del ascenso de Osasuna hay uno que me dejó pensativo. Decía así: “Imagina un país en donde más personas salieran a la calle a defender sus derechos que a celebrar la victoria de un equipo de fútbol”. Desconozco el autor porque ha sido muy retuiteado y sobado en las redes sociales en las que precisamente, ese derecho, el de autor, queda laminado. ¿Tiene razón? Sí y no. Y según dónde. Y por qué. En primer lugar porque no es incompatible echarse a la calle con la camiseta o bufanda roja y hacerlo en contra de despidos, la censura o a favor de los refugiados. En la marea humana del sábado había de todo, pero más de uno ha estado a las duras y las maduras. Y es que hasta los pobres -y el aficionado osasunista es humilde- tienen derecho a disfrutar y divertirse. En segundo lugar, porque el fútbol no es algo neutro. No aquí al menos. No es lo mismo la roja que los rojos. Ni el Barça o el Real Madrid. Osasuna tiene un ingrediente de identidad colectiva clave y es uno de sus secretos de su capacidad de resistencia. El fútbol también es política. Incluso revolución, como pregonaba la Eguzki Irratia. Pero no sólo juega el componente identitario. El eje social también funciona. Que se lo digan a la hinchada bucanera de Vallecas que ve en su Rayo del alma una manera de sacar pecho y mirar a los ojos a sus vecinos ricos del norte de Madrid con los que no se cruzan ni en el tren de cercanías. Pero esto no es nuevo ni tiene fronteras. En Londres hay una docena de clubs entre los que se distinguen claramente los de adscripción obrera y los de la zona alta de la ciudad al estilo Chelsea. Por no hablar del Liverpool. O de los equipos argentinos. Ya. Son un insulto a la inteligencia y a la dignidad las fichas multimillonarias de las estrellas poco ejemplares, pero también hay currantes del balón. Por tanto. Sí y no. Al menos aquí, donde la fiesta y la reivindicación siempre han ido de la mano: 1 de mayo, marcha a las Bardenas... Pronto nos echaremos a la calle para defender que Iruña es una ciudad sin igual. Entre tanto acordaros de votar. Con deportividad. Nos jugamos la temporada en este play off de junio. ¡Aúpa rojos!
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