hay veces en este oficio que ante determinadas informaciones no tienes muy claro si lo que procede es entrar al trapo o ignorar. Meterte de lleno en la polémica y contribuir a aumentar el eco del discurso -aunque sea desde la crítica- o dejar que el silencio tape lo que mejor no se hubiera ni siquiera dicho. Me pasa con lo escuchado y leído esta semana procedente de dos sindicatos navarros, uno del sector primario, la UAGN y otro educativo, AFAPNA. Que sus afiliados tomen nota de qué tipo de personas tienen al frente, porque antes que a nadie están haciendo daño a aquello que dicen defender (el campo, en un caso y la enseñanza pública, en el otro). Son dos muestras de “fascismo social” -en la acepción del sociólogo Boaventura de Sousa-. Dos peligrosos pasos adelante que implican un retroceso a épocas que muchos creíamos superadas y que la mayoría de la sociedad se esfuerza para que no vuelvan. Me refiero a la vinculación de la inmigración con la violencia en las aulas criticando y marginando a los niños inmigrantes, poniendo el foco en los más débiles, y a la descalificación de la Renta Garantizada con la denuncia de la UAGN de que falta mano de obra en el campo porque los posibles trabajadores, inmigrantes por supuesto, prefieren cobrar esa renta básica a trabajar. Puede que en ambos ámbitos haya problemas reales, pero la solución no es verter gasolina social y usar a los colectivos débiles como chivo expiatorio. A no ser que el objetivo de ambas maniobras sea otro... Da miedo que gente que representa a gente y que está para garantizar derechos lance tales mensajes racistas, xenófobos e insolidarios que pisotean a los más desfavorecidos y nos abren la puerta a la ley de la selva neoliberal. Quizás lo primero que debería repensar la UAGN es qué tipo de contratos se hacen en su sector, en qué condiciones, con qué salarios, con qué exigencias y derechos. A lo mejor con ello ya tendría respuesta al por qué no cubren los puestos. Ahí lo dejo. Pero es más fácil y demagógico hablar de fraude entre los inmigrantes y de que en Navarra se cuida más a los de fuera que los de casa. Mala campaña de publicidad para los valiosos productos del campo local. La Renta Garantizada es un logro político y social que trata de frenar y revertir la desigualdad injusta que sufre gran parte de la población en Navarra, personas, como nosotros y como ellos, (los de la UAGN o AFAPNA), que viven en una situación de pobreza no elegida. ¿O también conocen a muchos que hayan elegido ser pobres?