a gente huye de casa. Son muchos meses sometidos a restricciones, toque de queda y confinamiento perimetral; también con la persiana de los bares bajada; y hay cuerpos y mentes que lo llevan peor que otros. Ya en primavera comenzó a detectarse un desmedido interés por las escapadas a la montaña y por pasear en bicicleta. No es que el obligado enclaustramiento hubiera despertado el interés por la actividad física: el personal quería poner tierra de por medio, a golpe de zapatilla o de pedal, y fijar la vista en un horizonte abierto y no encerrado entre cuatro paredes. Solo que hay un momento en el que el esparcimiento toma carácter de invasión.

En octubre y noviembre, los fines de semana con buen tiempo echaron al monte a los urbanitas. La estampa de sierras, cerros y colinas que recibían a grupos numerosos eran foto fija en diferentes lugares de Navarra. Esa irrupción fue interpretada por algunos como una plaga, con impacto negativo en el medio ambiente, acrecentado el efecto por los irresponsables que siembran el suelo de basura. Las huellas en algunos puntos eran tan evidentes como reprobables. Sin dejar de lado el riesgo que corren quienes se aventuran por senderos desconocidos o sin el equipamiento adecuado. Pero echando mano del refranero, ni se pueden poner puertas al campo ni los montes son propiedad de quienes pagan una licencia federativa.

Esa queja expresada por los mendigoizales ha encontrado una segunda versión en este pasado puente. Vecinos de los pueblos por los que discurre la N-135, entre Erro y el alto de Ibañeta, han puesto el grito en el cielo y las fotos en las redes sociales para expresar su disgusto con lo que definen como "falta de sentido común" entre quienes salieron a la carretera tras la nevada y colapsaron con sus vehículos localidades como Burguete. Los nativos dicen que todo el mundo es bien recibido en sus pueblos, pero censuran a esos domingueros que no respetan propiedades y muestran un comportamiento irresponsable. Algún alcalde se ha pasado de frenada y ha pedido limitar el acceso de vehículos. Y lo siguiente puede ser poner un peaje€ En fin, hay comportamientos que no mejoran ni con vacunas y la de la sensatez es ahora más necesaria que nunca.

Los nativos dicen que todo el mundo es bien recibido, pero censuran a esos domingueros que no respetan propiedades y muestran un comportamiento irresponsable