el hombre que no sabía nada. En poco más de eso quedó la comparecencia del expresidente Mariano Rajoy ante la comisión parlamentaria que investiga el espionaje parapolicial al extesorero del PP, Luis Bárcenas. Al contrario que Dolores de Cospedal, muda y atrincherada tras el parapeto de la mesa, el exjefe del Ejecutivo se ofreció sin reparos a atender a los parlamentarios intentando transmitir el mensaje de que 'estoy aquí porque nada oculto'. Pero no fue tan sencillo; el político tuvo que esconderse en su retranca gallega para desviar las preguntas que desde Vox a ERC buscaban desentrañar su conocimiento de la financiación oculta del partido. La respuesta fue la misma para todos: Rajoy no sabe nada de la Kitchen, ni de la caja B del PP ni de Villarejo. Tantos años en política, como le recordó Gabriel Rufián, y no se había enterado, tampoco de las dos sentencias de la Audiencia Nacional ni de otra del Tribunal Supremo, que encontraron probada la existencia de una contabilidad al margen en el PP. En ese rifirrafe con el político republicano, Rajoy cerró uno de sus alegatos con esta aseveración: "No se preocupe usted, no se dé por aludido que se vive más feliz". Toda una exposición de principios y que enmarca el talante con el que el expresidente se presentó ante la comisión.

Al hilo de esas palabras, desempolvé una frase de Manix Mandiola. No es un filósofo, ni un intelectual ni un columnista de referencia; Mandiola es un entrenador de fútbol de los que visten chándal como segunda piel y que ha pisado mucho barro en los campos. Recogí esta perla de una entrevista que concedió cuando estaba al frente del Tudelano: "Yo creo que estar informado es una parte de ser feliz; si te abstraes y no te enteras de nada, consigues la felicidad de los tontos". Y esa es la imagen que ofreció Rajoy, la de un hombre que mientras su partido batía récords en casos de corrupción, él confiesa no tener información de nada, que todo son mentiras y ganas de socavar la credibilidad del partido. Por no saber, ni dio respuesta al significado de la anotación M. Rajoy en los papeles de Bárcenas: le faltó decir que en España hay más de trescientas personas con ese apellido.

Como dijo Rufián, la comparecencia tuvo más gags propios de El Hormiguero -el programa de televisión de Pablo Motos- que de comisión parlamentaria. Tras dos horas y media, Rajoy se levantó y se fue. Tan feliz.

En el rifirrafe parlamentario con Rufián, Rajoy cerró uno de sus alegatos con esta frase: "No se preocupe usted, no se dé por aludido que se vive más feliz"