os esperan con los brazos abiertos y es de agradecer. Hemos pasado el confinamiento como hemos podido pero el pequeño comercio, la hostelería y los trabajadores autónomos, o sea quienes no cobran si no trabajan, lo han pasado peor. Pasamos a la fase 2 y se nos brinda la oportunidad de ir escalando hacia nuevas cotas de libertad y movimiento. Se nos brinda la oportunidad de, por ejemplo, volver a los bares, esos lugares "tan gratos para conversar" como canturreamos haciendo coro a Gabinete Caligari. Y es que este tiempo de confinamiento ha servido para muchas reflexiones y una de ellas ha sido seguramente poner en valor aquello que más nos une por estos andurriales. Ya me gustaría saber cuantas personas en este tiempo no han echado en falta ese salir de casa a dar una vuelta para ver a la mara, como se decía antes, tomarte un vino, caña, café, té o refresco y charlar un rato. Salir para compartir lo que sea. Ahora se reanuda un momento nuevo y, además, se supone que con buen tiempo, pero un momento en el no hay que bajar la guardia. Nos lo dicen quienes han estado en la primera línea asistiendo a pacientes de la covid y nos lo advierte la triste realidad que les está tocando vivir a quienes aún no pueden recibir visitas en sus residencias y que, encima, representan la generación que levantó esta sociedad desde los escombros de una guerra impuesta. Dos metros, mascarillas, lavado de manos e iremos bien. Dice el personal sanitario que Navarra tiene recursos, camas, ucis...pero también que están extenuados y ese es el panorama que se avecina. Reanudar viejas costumbres, conversaciones, consumo, hacer gasto quien pueda, compartir y pagar impuestos para que llegue a todos está muy bien. Lo fácil de esta pandemia, es decir el confinamiento obligado, se ha llevado en general dignamente. Ahora llega lo siguiente, la responsabilidad de cada cual y ahí hay que dar la talla si no queremos volver a lo más nefasto de esta crisis. Que no olvidemos lo pasado. Y de memoria y de pasado ayer se cumplieron 82 años de la fuga de Ezkaba, que no olvidemos tampoco aquellos pesares.