Mucho se ha hablado de cómo la invención de internet ha cambiado la manera de ganarse la vida con la música, pero no tanto de cómo ha cambiado la manera de oírla. Los adolescentes de los 70 o los 80 no teníamos otra que pensarnos mucho qué LP nos íbamos a comprar, porque no había presupuesto para hacerlo a lo loco. Y luego pelearte con el resto de la familia por el tocadiscos, que no había otro, e ir poniendo una cara y luego la otra, en bucle de horas y horas. Aquello no era escuchar música; era interiorizarla.

Se lo cuentas a un adolescente actual y se parte el eje, porque cuando busca un grupo tiene a su disposición inmediata toda la discografía, vídeos de conciertos y hasta documentales. Aunque, claro está, quien mucho abarca poco aprieta, y no se mete la música en vena, como antaño, sino que a lo sumo la picotea.

El caso es que la película Bohemian Rhapsody está teniendo un gran éxito, y supongo que no solo estamos yendo a verla los retablos, sino también algún que otro veinteañero. Y hay por ahí un estudio que dice que los gustos musicales se desarrollan y establecen antes de los 30 años -es como el whisky; si no te gusta antes de esa edad, no sufras más, que ya no te va a gustar-.

Por lo cual, los miembros de la Secta del Rock Progresivo -nos gustaba mucho más Rock Sinfónico, pero nos dijeron que es un error si no hay una orquesta tocando (como si lo de progresivo tuviera algún sentido. ¿Progreso hacia dónde?)- nos alegramos, porque todo melómano es proselitista, de este auténtico revival de Queen, porque ahí, detrás de la portentosa voz de Mercury, está resumido todo el progresivo, de lo más rockero -Led Zeppelin- a lo más poperito -Supertramp, ELO...-. Sí, vale, también cantan “Radio ga ga, radio gu gu” y otras moñadas, sobre todo en la parte media de su discografía, pero nadie es perfecto.

Y si algún veinteañero se engancha a Queen, poco tardará en remontar en el rock progresivo hasta los mismísimos Beatles, y se nos hará de la causa, y quién sabe si no se pondrá el Sgt. Peppers, o el Abbey Road, en bucle.