sin menoscabo de todas sus capacidades, María Chivite es una mujer con suerte. Si ya en diciembre de 2014 aquellos popes orgánicos del PSN le legaron la secretaría general frente al entonces sector crítico, nótese que con el respaldo de Sánchez al designarla portavoz en el Senado, los astros se han alineado de nuevo en su favor. Incluida otra vez la estrella del PSOE, pues la decisión de Sánchez de ubicar las elecciones generales un mes antes de las autonómicas le granjeará al PSN un recuerdo reciente del voto cuando siempre la marca nacional ha tirado más que la foral, en alguna ocasión hasta elevar el sufragio más del 50%. Ya en lo que atañe a Navarra, a Chivite le han caído dos premios gordos en esta tómbola en la que se ha convertido nuestra política, y no de Cáritas precisamente. Primero por el numerito del grupo parlamentario de Podemos, cuya fuga de voto menos ideologizado en alguna medida beneficiará al PSN, singularmente por el influjo de Sánchez como nítido contraperfil de la derecha unida. Y después por el escoramiento a la diestra de Esparza, al extremo de licuar la histórica sigla de UPN en una entente frentista que deja expedito un centro que el PSN ocupa ya físicamente, como tercer espacio entre bloques. Así que, entre unos y otros, Chivite llegará al domingo electoral a mesa puesta. Convencida de tener las llaves de la Diputación desde la íntima certeza de que ni el cuatripartito gubernamental ni la fusión conservadora se bastarán por sí solos. La cuestión por dilucidar radica en a qué lado de la bancada se situará el PSN, que por ahora emite señales en una dirección y en la contraria, como si las alianzas con Barkos y con Esparza no fueran antitéticas. Tal vez se le haga la luz a la vista de los 28.993 votos extraviados desde el agostazo de 2007, casi el 40% de aquellos 74.157 sufragios de la lista de Puras, para bajar a los infiernos como quinta fuerza parlamentaria. Y si todavía le embargara la duda a Chivite, también puede rememorar cómo devoró Barcina a Jiménez, cual mantis religiosa, igual que antes Sanz a CDN. La fortuna de UPN siempre deparó la ruina al PSN, tuvieran más o menos baraka los líderes de cada momento. Haría bien Chivite en no olvidarlo. Nunca.