Ojalá no hubiéramos tenido que hacer esta huelga. Ojalá las movilizaciones del año 2018, con aquella jornada ya histórica en la que las mujeres protagonizamos la primera huelga feminista hubiera conseguido los frutos que plantamos, porque eso significaría que en esta sociedad del 2019 ya no existiría la desigualdad entre hombres y mujeres, ni el machismo, ni la violencia, ni el acoso, ni la brecha salarial, ni las dobles jornadas... Si esto fuera así, hoy no estaríamos de nuevo en las calles como estamos, reivindicando nuestro espacio y nuestros derechos. Por eso esta nueva jornada de movilizaciones, para recordar que esto no es algo pasajero, que las mujeres venimos de lejos, con una larga historia feminista, como lo recogen los testimonios que hoy publicamos, y con un recorrido de muchos 8 de marzo en las calles. Que no se ha llegado a este momento de lucha desde la nada, sino desde el esfuerzo y el compromiso de miles de mujeres en todo el mundo que generación a generación han creído y creen en la necesidad de una transformación radical de la sociedad, de la cultura, de la economía, de las relaciones, de la política, de los medios, del poder, del deporte... donde las mujeres tengamos el papel que merecemos. No es una cuestión de enfrentar, no se trata de hombres contra mujeres, quienes lo ven así creo honestamente que no han entendido nada. Se trata de sumar, de empujar en la misma dirección, de que ellos sean quienes más peleen a nuestro lado contra la lacra que supone la discriminación, el machismo y la violencia de género que tristemente todavía demasiados protagonizan y defienden. Y hoy más que nunca hay que decir stop al fascismo social, ante las derivas de algunas fuerzas políticas que amenazan seriamente a los logros conseguidos. Logros sí, porque aunque quede camino por andar es mucho el recorrido y entre parada y parada hemos mejorado. Echar la vista atrás en el tiempo ofrece un panorama todavía más desolador. La búsqueda de las portadas retrospectivas de los 25 años que celebramos como medio de comunicación y que ilustran la portada de la edición especial de hoy nos ha permitido ver de golpe la invisibilidad de las mujeres en los medios durante décadas, una oscuridad que poco a poco se ha ido venciendo poniendo el foco en ellas, las mismas que antes estaban y no veíamos. Porque esa es una de la claves y una de nuestra responsabilidad como periodistas, hombres y mujeres, contar la realidad visibilizando a sus auténticas protagonistas. Hoy de nuevo, las mujeres.