penas una semana después de que se aprobara la nueva Reforma Laboral, en uno de los episodios más insólitos de la política española de los últimos tiempos, de esos que difícilmente un guión de cine podría superar, sobre todo por el (bajo) nivel de sus protagonistas, y por lo increíble del desenlace final, que augura nuevas entregas, las relaciones laborales llegan a la alfombra roja de los Goya. La fiesta del cine que este año sí quiere ser una celebración por todo lo alto, se abre al mundo laboral de la mano de El buen patrón, lo último de León de Aranoa. La cinta, que ha roto todos los récords de nominaciones, es un retrato duro y bastante "casposo" de las relaciones entre jefes, empresarios, empleados y empleadas, dentro y fuera del trabajo. Javier Bardem, el mismo actor que dio vida a uno de los personajes más queridos, el Santa de Los lunes al sol, con su ya mítica fábula de la cigarra y la hormiga, protagonizando el fiel retrato de la dureza de la reconversión industrial, de lo que supone antes y ahora verse sin futuro y en el paro en una edad avanzada, llegó en 2021 reconvertido en ese patrón ejemplar, al que todos temen bajo la falsa admiración, ante el que todos callan no por respeto sino por miedo. Un mal patrón escondido en la apariencia de un buen hombre, tan malo como el que más, con esa maldad invisible que hace del todo vale su razón de ser. Un cambio de 180 grados para mostrar desde la pantalla una parte de lo que se mueve en el mundo laboral, en ese complejo entramado que ahora la nueva reforma pretende mejorar para dejar sin efecto la normativa del PP que tan malas consecuencias ha tenido para el empleo, sobre todo para los jóvenes y los más desfavorecidos. La pantalla lo aguanta todo, pero la vida no. Hay demasiado mal patrón todavía. Es preciso mejorar y mucho las condiciones del trabajo y que las empresas cumplan con el marco legal y con aquello que tienen acordado con sus trabajadores o representantes . Recuperar los derechos, cada día más aplastados entre tanta obligación y recorte, como si ya con tener un contrato todo estuviera dicho, cuando solo es el principio. Como si cobrar mil euros fuera la cima y no la base. La gala de los Goya siempre ha sido una plataforma para reivindicar los temas candentes del momento, por eso es de esperar que en el año de El buen patrón tengan voz los verdaderos protagonistas, los trabajadores y trabajadoras que sufren cada día en un mercado de trabajo precario.

La gala de los Goya siempre ha sido una plataforma para reivindicar, por eso es de esperar que en el año de 'El buen patrón' tengan voz los trabajadores y trabajadoras