La sociedad se mueve y se organiza en defensa de sus intereses. Los vecin@s se unen y toman conciencia de sus problemas y necesidades además de ser agentes activos en la construcción de la sociedad en la que viven (son un sinfín los colectivos y asociaciones con sus respectivas estructuras comunicativas que representan los intereses de los diferentes sectores sociales, culturales, económicos...) de tal modo que la administración ya no tiene por decirlo de algún modo el monopolio sobre el interés general. El ejercicio del poder ha cambiado sin duda. Las instituciones han impulsado nuevas formas de trabajar más horizontal y relacional donde la participación ciudadana es fundamental y ello se plasma a través de mesas redondas, foros de barrios, planes estratégicos, procesos participativos para el diseño de proyectos, etcétera.

Pero esa voz de la calle ha sufrido también una transformación. Las asociaciones de vecinos que antes agrupaban el sentir y el interés común de todo un barrio o un pueblo (con un conocimiento amplio de las problemáticas y necesidades), incluso plataformas políticas o sindicales, yo diría que han perdido cierto poder en favor de otros grupos de presión más reducidos pero con objetivos muy concretos. En unos casos es un fin lo que les une, en otros la proximidad de un proyecto al lugar donde residen. En esta legislatura desde nuestra sección de Vecinos hemos seguido diferentes frentes. La Plataforma en Defensa del Patrimonio Navarro es seguramente una de las más veteranas y respetada en su denuncia contra la apropiación de bienes por la Iglesia. Las protestas de la plataforma contra el matadero en Salinas no tuvieron la capacidad de incidencia que sí tuvo en su día la de Valdizarbe. Lo mismo ha ocurrido con la planta de basuras (perdón, el centro de tratamiento de los residuos para Pamplona y Comarca) que movilizó sobre todo a los pueblos más próximos al polígono de Imárcoain pero sin mayor recorrido. El plan de Pío XII puso en contra a comerciantes y a colectivos vecinales de Iturrama y del barrio de San Juan, y la Amabilización del centro a un sector del comercio. Convivir en lo Viejo se creó a favor de la conciliación entre el ocio nocturno y el descanso de los vecinos. El intento de frenar el nuevo hostel en Mercaderes ha levantado a otra asociación AZ Ekimena contra lo que consideran el proceso “turistificación” del centro. Cientos de adolescentes y jóvenes se han manifestado este año a favor de la ocupación del palacio (público) Marqués de Rozalejo como gaztetxe. Vecinos de Erripagaina Pamplona se han organizado entorno a una plataforma Pro Parque Ripa Sur contra la construcción de viviendas (en este caso VPO) en una zona, aducen, con gran densidad de población y escasos servicios. Hay una plataforma a favor del derribo de Caídos y se ha creado otra que pide su preservación... etcétera, etcétera.

Hay quién se pregunta si este fraccionamiento de las diferentes luchas desvía la búsqueda del bien común. El tema tiene su miga desde luego por el peligro que supone tener a grupos de presión que buscan sus propios intereses, por muy legítimos que sean, por encima del interés de tod@s. Y que incluso hagan más ruido que el resto. Difícil papel el de la administración muchas veces para tomar decisiones en este campo minado. Y también difícil papel el de los movimientos sociales que tienen que lidiar con políticos que, muchas veces, los utilizan para sus propios fines.