no por esperada, la confirmación de que Volkswagen ha elegido Landaben para asignarle un tercer modelo deja de ser una noticia de enorme calado. Supone dotar de estabilidad a la empresa más grande de Navarra, por volumen de empleo y facturación. Y además, lo hace en un momento de incertidumbre para el sector de la automoción, obligado a transformarse desde que surgió la crisis del diésel. La adjudicación de un nuevo coche asegura, por lo tanto, el futuro a medio plazo de la planta, que estará en condiciones de afrontar la producción de estos vehículos con indepedencia de que sus motores puedan virar a la electrificación o a la hibridación. La elección de Landaben por parte de la multinacional alemana vuelve a poner de manifiesto una vez más su confianza en este centro de trabajo, que acredita una trayectoria histórica de alta producción y rentabilidad. En la actualidad, VW Navarra cuenta con unos 5.000 trabajadores y un programa para ensamblar unos 320.000 coches a lo largo de este año. La llegada del tercer modelo, que se unirá a los dos de motor de combustión que ahora se fabrican -el Polo y el T-Cross-, lleva aparejada la creación de entre 400 y 500 empleos directos, con el efecto multiplicador de hasta seis puestos de trabajo indirectos por cada uno de la empresa matriz, y un incremento de la producción que rondará los 360.000 vehículos. Unos números tan importantes en el peso que esta compañía tiene en la economía navarra que asustan solo de pensar en la posibilidad de que cualquiera de sus previsiones pueda incumplirse. De hecho, se estima que por cada coche que sale de su planta, entran mil euros a las arcas forales. La dependencia que Navarra tiene de este sector es evidente. La automoción, con VW como fuerza tractora, factura el 25% del producto interior bruto (PIB) de la Comunidad. Sus exportaciones superan los 3.700 millones de euros al año -muy cerca de los poco más de 4.000 millones de gasto contemplados en los Presupuestos Generales de Navarra- y casi la mitad del total de las exportaciones. Cifras que refuerzan si cabe un poco más el valor de la decisión tomada por el gigante alemán y que justifican el alborozo con el que fue recibida ayer por la representación sindical, que ve garantizada la estabilidad en el empleo para los próximos años.