Hace tiempo ya que la despoblación en la zonas rurales entró en la agenda política estatal y local como uno de los grandes retos a los que hacer frente en el siglo XXI. Según adelantó ayer el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, frenar el fenómeno imparable de la España vaciada y luchar contra la despoblación es uno de los ejes prioritarios para los próximos cuatro años. Aunque la solución ante la pérdida de habitantes de los pueblos no es fácil, ésta debe ser rápida, ya que urge poner en marcha medidas y acciones concretas que frenen este fenómeno antes de que el desequilibrio territorial abra una brecha difícil de cerrar. Navarra en este sentido no es ajena a la tendencia estatal, por ello se trabajó ya en la anterior legislatura y, ya en la actual, se incorporó un departamento específico de despoblación en la nueva estructura. No obstante, para el Gobierno de Navarra no es momento todavía de hablar de "un grave problema de despoblación", aunque sí reconocen que" existen zonas más vulnerables donde se ha detectado ya un retroceso poblacional". Quizás es una perspectiva real a partir de los datos, pero suena demasiado positiva teniendo en cuenta la realidad cotidiana a la que se enfrentan muchas zonas rurales de Navarra, donde ya es un hecho la pérdida de población por la falta de relevo generacional, las escasas oportunidades de emprendimiento y de trabajo, las dificultades para lograr una conexión digital en condiciones que garantice el ocio y el trabajo de las nuevas generaciones, el difícil acceso a la vivienda, la falta de servicios, etc. En el caso de la Comunidad Foral la despoblación afecta a zonas muy concretas que exigen a su vez acciones bien dirigidas en función de las características del territorio. Navarra cuenta con una estructura demográfica desvertebrada, muy centralizada en la comarca de Pamplona y un despoblamiento en las zonas rurales como recoge el estudio Diagnóstico de las desigualdades territoriales en Navarra: retos y propuestas, un informe elaborado por el Observatorio de la Realidad Social, de Planificación y de Evaluación de Políticas Sociales, dependiente del Departamento de Derechos Sociales, que analiza las desigualdades territoriales, demográficas, laborales, sociales y competitivas de las diferentes comarcas de Navarra. La conclusión apunta que es precisa una actuación prioritaria en las comarcas de Montejurra, Sangüesa, Zona Media, Pirineo y Prepirineo donde la despoblación marca el ritmo del medio rural y donde urge una estrategia global y trasversal que revierta la tendencia.