a aprobación por parte del Gobierno de Navarra del proyecto de Ley Foral Cambio Climático y Transición Energética abre ahora un debate de calado social e importancia medioambiental en el Parlamento foral con la vista puesta aportar un marco normativo, institucional e instrumental para hacer frente a los efectos negativos derivados de la destrucción ecológica y poder encarar los retos climáticos presentes y futuros. Agricultura, ganadería, recursos hídricos, energía, vivienda, urbanismo, movilidad, salud, turismo, industria, infraestructuras, gestión forestal o protección civil son las diferentes materias que abarca la nueva normativa foral. Sin duda un hito político en sus objetivos y una necesidad legislativa para asegurar el futuro medioambiental, socioeconómico y territorial de Navarra y la calidad de vida de las futuras generaciones. Un marco normativo que pretende ser ambicioso, más concreto y exigente que la ley estatal recientemente aprobada en el Congreso según la consejera Itziar Gómez, y que responde a una situación de emergencia climática, que amenaza a la humanidad, la biodiversidad y el medio ambiente, y a la necesidad de encaminar el planeta hacia un camino más sostenible e inclusivo. El proyecto de ley foral establece medidas concretas que afectan a las administraciones, las empresas y las personas para avanzar en la mitigación de gases de efecto invernadero, la articulación de un nuevo modelo energético en Navarra y la adaptación a las exigencias internacionales de lucha contra los efectos y causas del cambio climático. Cambios que nos afectan muy directamente como ciudadanos y a nuestros consumos, que nos exigen un esfuerzo importante en nuestro hábitat individual y social y que nos comprometen en conjunto como sociedad, tanto a las personas como a las entidades públicas y privadas. Objetivo todos loables de partida e ineludible dada la preocupante situación actual y a los que Navarra está ya haciendo frente con medidas que tratan de actualizar y reforzar el compromiso colectivo en la lucha contra el cambio climático. La normativa contiene un compendio de medidas proactivas, obligaciones, ayudas y multas también que completan un debate de calado e imprescindible para cumplir los objetivos de París y de la UE para está década y evitar la catástrofe del calentamiento global y que precisan también del mayor compromiso de todos.