l dato lo arrojaba esta semana el director general de Administración Local: Pamplona, con el 30% del total de la población navarra, ha recibido este año casi el 37% del fondo, es decir, 88,1 millones. Por el contrario, los otros 271 municipios navarros, con el 70%, ingresarán el 63%, para cuestionar así lo injusto del reparto en el que Pamplona perderá un 2% en 2022. Iruña se ha beneficiado durante 24 años de una Carta de Capitalidad que le ha conferido un estatus especial (26 millones anuales sin obligaciones a diferencia de lo que ocurre con otras capitales de provincia) pese a que la gran ciudad ha crecido principalmente en su cinturón metropolitano. La capital se beneficia de los servicios que prestan otras administraciones (principalmente las instituciones forales), también de la presencia de dos universidades y de la atención sanitaria tanto pública como privada, lo que a su vez le reporta beneficios derivados de la actividad económica al haber más personas que adquieren una vivienda, que consumen o trabajan en la capital y que pagan allí sus impuestos. El propio Ejecutivo presta servicios culturales y deportivos, y la iniciativa privada también lo hace al ser el municipio de mayor población. El nuevo modelo de financiación municipal, que se irá actualizando cada año con el IPC más un 2%, beneficia a localidades como Tudela (un 21,5% más) y penaliza hoy a Pamplona en su pretensión de apostar por una mayor vertebración del territorio, objetivo que se consigue a través de un nuevo fondo de cohesión social que favorece a aquellos municipios que son motores para su comarca y que, además, prestan servicios, lo que también se pondera ahora. Así Estella logra mejorar un 8,2%, Tafalla un 17%, Baztan un 18,5%, Sangüesa el 13,5%, Alsasua un 11,7%, Roncal un 28,6% y San Adrián un 15,4%. También se actualizan los criterios de reparto para que los municipios que han crecido en población en los últimos años como es el caso de Aranguren o el Valle de Egüés vean incrementar sus fondos. La capital no obstante podría incrementar su aportación económica en los próximos años si dispara en población tal y como está previsto con los desarrollos de Lezkairu-Arrosadía y Erripagaña. A su vez los municipios más pequeños, los de menos de 500 habitantes, consiguen un 15% más para afianzar su población ante el reto de la despoblación. Que Aribe hayan logrado mejorar un 40% la aportación del reparto de la tarta foral, un 56% Azuelo o un 133,7% Petilla de Aragón indica que vamos por buen camino.