a alta incidencia de covid registrada en los últimos días augura un final de año sanitaria y socialmente complicado. Las elevadas cifras de contagio que se están dando en varios países de Europa, especialmente en aquellas zonas menos vacunadas, han vuelto a poner sobre la mesa la posibilidad más que real de restricciones duras propias de otra época de la pandemia, y sobre todo el uso generalizado del pasaporte covid, el certificado de vacunación, no solo para entrar al país, como hasta ahora, sino para acceder a múltiples actividades. Navarra no es ajena a esa nueva ola que parece acercarse por Europa. Con un número de contagios en alza y una tasa de positividad elevada, Navarra está en una situación de riesgo medio gracias al control de la presión hospitalaria, a la ocupación de las camas UCI y covid. Pero no hay que olvidar que tarde o temprano los contagios acaban convirtiéndose en ingresos, sobre todo en la población no vacunada. En Navarra todavía hay casi un 10% de población en edad de vacunarse que no lo ha hecho, cuando está demostrado que la vacuna es hoy por hoy esencial para el control de la enfermedad y para reducir los casos graves. Que si te vacunas proteges al resto, al sistema de salud y te proteges a ti mismo. Y con covid al alza o sin él, el sistema sanitario no puede ya soportar mucha más carga. Un sistema que ahora más que nunca necesita apoyo político firme y presupuesto digno y suficiente para poder convertir en realidad esa promesa de fortalecimiento reivindicado por profesionales y pacientes, especialmente en la Atención Primaria, la que más ha sufrido con la pandemia. No sería justo no poner todo por parte del Gobierno y de la sociedad para evitar que esta ola arrase al sistema público de salud, obligando a tomar decisiones que sin duda repercutirán negativamente en el conjunto de la salud de la sociedad a medio plazo. Se está a tiempo de todo, pero quizás se exige ya demasiado a una sociedad a la que se le lanzó el peligroso mensaje de "vuelvan a la vida normal que la pandemia se ha acabado", y ahora toca volver a recordar que no se ha acabado, que hay que mantener las medidas de protección y distancia social para seguir con la vida diaria. Y entre todas las medidas posibles, y siempre que se cuente con el acuerdo con los sectores implicados y con el aval del Tribunal Superior de Justicia, la exigencia en determinadas actividades del pasaporte covid puede ser la siguiente. Una medida proporcionada, con menor impacto en la vida social y económica y que resulta eficaz y menos lesiva que otras para los derechos fundamentales.