La violencia contra las mujeres, la ejercida contra ellas solo por el hecho de ser mujeres, continúa arrojando hechos y datos preocupantes y debe estar como prioridad en la agenda de los poderes públicos y de la sociedad en su conjunto. Estos días la actualidad está en parte centrada en la expresión más dura, cruel e injusta de la violencia machista, el asesinato de mujeres, también a cuenta de varios juicios que se están celebrando contra los presuntos autores de homicidios contra sus parejas o exparejas -como el brutal crimen en Bilbao contra Maguette Mbeugou, degollada por su marido en presencia de sus hijos pequeños en 2018-, pero la violencia de género abarca multitud de agresiones quizá menos visibles pero también muy graves e intolerables. En Navarrase han registrado 1.213 denuncias por violencia machista hasta septiembre, el 40% en menores de 29 años, mujeres jóvenes que dan un paso adelante pero que también evidencian la situación de maltrato que soportan generaciones jóvenes. Además, las agresiones a menores de 14 años han aumentado un 26% en 2021, una población tremendamente vulnerable lo que hace necesario más que nunca reforzar la lucha desde el ámbito educativo máxime cuando las víctimas son mujeres jóvenes o, incluso, niñas y adolescentes, que por desconocimiento tienden a minimizar actos y a justificar a los agresores. En este sentido, la labor institucional sigue siendo clave en la prevención y protección de las víctimas de estas agresiones y, en caso de producirse algún ataque, en la persecución de los agresores y en la atención especializada e integral a las víctimas, coordinando todas las actuaciones con el objetivo de evitar su revictimización. Precisamente este año, el 25 de noviembre pone en valor el apoyo institucional, "Estamos a tu lado", dar a conocer a la sociedad, y particularmente, a las mujeres que sufren violencia, los equipos profesionales de atención a víctimas. De hecho, las atenciones a mujeres, más de mil al año en Navarra, han crecido un 23% este año. Una lucha no solo institucional. Ayer también se conoció que la señal de socorro internacional de las víctimas -el gesto con la mano ocultando el pulgar en la palma-, utilizado por una mujer que se encontraba con un acompañante en una consulta médica de Barcelona alertó a una trabajadora, lo que propició que el presunto agresor fuera detenido. Esta alerta activa ciudadana, sobre todo del entorno de las posibles víctimas también es clave.