La ikurriña es uno de los símbolos con los que se identifica una parte importante de la ciudadanía de Burlada que, hasta hace unos años y sin crear ningún problema, ondeaba en el Ayuntamiento durante las fiestas como muestra de respeto hacia la ciudadanía que con ella se siente identificada.
Más allá de simbolizar la unión de un pueblo, Euskal Herria, y la identidad de sus habitantes, es también un símbolo que ha encabezado todo tipo de lucha por las libertades de la lucha obrera, social y cultural. Pero, hoy día, en Nafarroa, lejos de poder ser expuesta con libertad, está siendo perseguida judicial, mediática y políticamente con leyes hechas ex profeso.
Por ello, los colectivos que nos adherimos a este manifiesto nos comprometemos a hacerla presente en nuestras actividades cotidianas, y asimismo queremos hacer un doble llamamiento: al pueblo de Burlata y a su Ayuntamiento.
En primer lugar animamos a la ciudadanía a colocar en sus balcones, ventanas, locales, peñas y sociedades la ikurriña como muestra de rebeldía y repulsa a su persecución y en defensa de los derechos de Euskal Herria.
En segundo lugar, instamos al Ayuntamiento a que coloque la ikurriña en la casa consistorial como muestra de respeto hacia la ciudadanía de Burlata que con ella se siente identificada.