Tres muertos más acaban de sumarse a la carrera del Dakar. Como nosotros consideramos bárbara la lucha de gladiadores, el boxeo o la tauromaquia, las futuras generaciones se espantarán de que, inducidos por intereses económicos de unos pocos, se admitan esas sangrientas carreras de vehículos que -en años de vida quitados a sus protagonistas y descerebrados imitadores en el mundo entero- disputan ya la primacía a las muertes ocasionadas por el tabaquismo, dado que en los accidentes de tráfico suelen morir personas más jóvenes.
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