Taiwán lleva decenios viviendo en una situación política distinta a China y los taiwaneses participan activamente en la vida política y social de su país legitimando un régimen de vida propio. China debería respetar esta situación y buscar la normalización política internacional sin invadir la autonomía de Taiwán. En plena guerra comercial con Estados Unidos y en un contexto internacional en el que Rusia también busca posicionarse, China opta por una dinámica imperial, poco o nada actualizada, como modo de presencia.