Si la situación de bloqueo político en España resulta anómala, todo queda empequeñecido comparado con Israel, donde se han repetido las elecciones ante la imposibilidad de formar gobierno. Pero en este caso es mucho más lo que está en juego que en España. La polarización es cada vez más extrema, mientras las promesas electorales del primer ministro Netanyahu amenazan con provocar serios conflictos en la región.