La elección del candidato de EH Bildu, Alfredo Arruiz, como alcalde de Huarte pone fin a dos meses de una estrambótica interinidad política. En la constitución del Ayuntamiento tras las elecciones del 26-M, el Pleno designó como alcaldesa a Amparo López, la única concejal del PSN en la localidad. López fue elegida con el apoyo de los cuatro concejales del Grupo Independiente de Huarte y los dos de Navarra Suma más su propio voto, una alianza diseñada para dejar fuera a EH Bildu, la lista más votada en Huarte, que tuvo el apoyo del concejal de Geroa Bai. A los pocos días, la propia ya exalcaldesa socialista reconoció que la situación generada hacía ingobernable el Ayuntamiento de Huarte. Tras la investidura de Chivite como presidenta y la formación del nuevo Gobierno de Navarra, López fue nombrada directora general de Interior y dejó su acta en Huarte, lo que abrió un nuevo proceso de elección en la alcaldía. El PSN no ha podido sustituir aún a su concejala y eso permitió ayer que Arruiz fuera nombrado alcalde como cabeza de lista de la candidatura más votada con el apoyo también de Gero Bai. Huarte recupera así normalidad política. Aunque Arruiz deberá saber tener cintura para sumar más apoyos a su equipo de gobierno con independientes y socialistas. No parece que Navarra Suma, inmersa en un discurso de confrontación contra todos y contra todo en Navarra, vaya a hacer de Huarte una excepción colaborativa. De hecho, Rivera y Beltrán ya han tomado a Huarte como nuevo mantra de su campaña contra Sánchez en Madrid. La murga habitual de mentiras e insultos con Navarra como excusa. Lo que es evidente, más allá de pactos ocultos o no -es otra de las acusaciones habituales de la derecha política y mediática a los socialistas cuando no hacen aquello que ellos dicen que tiene que hacer-, que la recuperación de la normalidad municipal en Huarte incide y facilita la posibilidad de diálogo y acuerdo entre los partidos del Gobierno, en minoría, con EH Bildu como interlocutor para lograr mayorías parlamentarias. Sobre todo porque UPN, atrapado en el discurso feroz y exaltado de Ciudadanos y PP diseñado para sus intereses en Madrid, ha renunciado a cualquier papel de diálogo y acuerdos en la actual situación política de Navarra.