Tiempos en los que el ejercicio de la irresponsabilidad se ha instalado en la política. Sobre todo en la política de la oposición. Navarra Suma aprovecha el último accidente de tráfico en la N-121-A -con dos jóvenes fallecidos- para lanzar su propuesta de convertir esta carretera en una autovía. Ignoro si es posible a estas alturas. Pero como casi todo lo que plantea ahora desde la oposición UPN llega tarde y es contradictorio con lo que hizo mientras controló el poder y los Presupuestos de Navarra. La hemeroteca recoge el maltrato sistemático de los anteriores gobiernos de UPN a esta carretera pese a sus altas tasas de siniestralidad viaria. Desde 2010 han muerto 31 personas. Es una ruta clave de vertebración territorial y socioeconómica de Navarra y un eje estratégico internacional hacia Europa que, sin embargo, quedó durante 24 años en segundo plano y solo con parches como actuaciones. Ocurrió con la chapuza de los túneles de Belate -que ahora necesitan 100 millones de inversión para su desdoblamiento y cumplir la normativa de la UE- y ha ocurrido con todo el trazado de la N-121-A, que necesita de otros 80 millones de euros para convertirse en una vía de 2+1, que es la propuesta que baraja el Gobierno de Navarra y planificó la propia UPN. Entonces optó por priorizar otras infraestructuras viarias como las autovías del Pirineo y del Camino -donde además aplicó el desastroso sistema de peajes en sombra- por encima de la N-121-A. Seguramente, también influyera en ese abandono que el voto mayoritario de esas comarcas navarras no era adepto a aquel viejo régimen que manejaba a su antojo los Presupuestos. En todo caso, lo importante es abordar cuanto antes soluciones efectivas que mejoren la calidad del tráfico, controlen el paso de vehículos pesados -un tercio de los que transitan por ella-, faciliten las comunicaciones a vecinos y trabajadores de las zonas por las que transcurre y reduzcan la siniestralidad. Se trata de priorizar la inversión en esta vía -170 millones- y buscar soluciones que garanticen la máxima seguridad a los usuarios de la N-121-A sin más dilaciones. Sin postureos políticos y partidistas que buscan más azuzar la confrontación social que incidir en las necesarias medidas con rapidez y eficiencia.