Al PP le espera este año la larga sombra del banquillo de los acusados. Hasta cinco juicios se celebrarán en la Audiencia Nacional por casos de corrupción vinculados a la trama Gürtel, solo una de los numerosos montajes en los que aparece implicado el PP como organización y buena parte de sus principales dirigentes históricos a partir de 1990 con la llegada de Aznar a la presidencia del partido. El primero de ellos será el juicio por los papeles de Bárcenas, el entramado de presenta financiación ilegal del PP y el uso de dinero negro para financiar obras en sedes del partido y pagar sobresueldos a altos cargos. Tendrá cerca de 100 testigos, entre ellos los 20 empresarios que donaron casi ocho millones de euros al partido, además de Aznar, Rajoy y ocho exministros que supuestamente cobraron sobresueldos de la caja B del PP. La Audiencia Nacional sobre las andanzas de latrama Gürtel en su primera época (1999-2005) ya condena a sus principales protagonistas a altas penas de cárcel y al propio PP por beneficiarse y lucrarse con este entramado institucional de corrupción en mayo de 2018. Cinco juicio que forman parte -una parte solo-, de todo un gigantesco entramado de hipocresía, cinismo y falsedades que abarca a buena parte de las instituciones del Estado y al poder económico y financiero. Los intereses particulares se han impuesto a la ética democrática y han acabado irrumpiendo en el control de la toma de decisiones políticas y en un asalto indisimulado a los recursos públicos. Rato, Zaplana, Villarejo, la banca privada, la policía política... -por citar solo unos pocos ejemplos entre los muchos que hay-, un largo listado que muestra en toda su miseria la ínfima calidad democrática de algunos sectores de la política española. Escribo de esto simplemente para que no pase desapercibido del todo. Para insistir que ese lastre de corrupción, desfachatez y falta de ética forma parte de la alianza política de lideran Esparza y UPN en Navarra Suma. Y también para recordarle al PSN los charcos de su pasado.