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Tolerancia y prevención ante los riesgos

El concepto de tolerancia se refiere a la acción y efecto de tolerar. Como tal, la tolerancia se basa en el respeto hacia lo otro o lo que es diferente, y puede manifestarse como un acto de indulgencia ante algo que no se quiere o como el hecho de soportar a alguien. La palabra proviene del latín tolerantia, que significa “cualidad de quien puede aguantar, soportar o aceptar”.

La tolerancia es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro, hacia sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que sean distintas a las nuestras. En este sentido, la tolerancia es también el reconocimiento de las diferencias inherentes a la naturaleza humana, a la diversidad cultural, las religiones o las ideológicas.

Hoy, 16 de noviembre, es el Día Internacional para la Tolerancia. Un buen día para recordar que sin ella la sociedad no avanza. Y Navarra no es una excepción. Las Naciones Unidas se comprometieron a fortalecer la tolerancia mediante el fomento de la comprensión mutua entre las culturas y los pueblos. Este imperativo está en la base de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y es más importante que nunca en una era en que el extremismo y el radicalismo van en aumento y en un mundo en el que se extienden los conflictos caracterizados por un menosprecio fundamental de la vida humana.

En Europa crece la ideología de extrema derecha, la ideología que incita al odio al inmigrante, al diferente, y eso es muy preocupante. Por eso, es vital que al menos las instituciones públicas generen las condiciones sociales y las capacidades ciudadanas que fomenten el respeto entre las diversas sensibilidades.

Navarra no es una excepción en materia de tolerancia y tenemos episodios recientes de pintadas xenófobas, acoso a personas por su orientación sexual, ensalzamiento de golpistas lejanos, agresiones y pintadas en Alsasua y un largo etcétera. Tenemos que fomentar los valores de la tolerancia desde todas las aristas de la sociedad, sobre todo cuando la inestabilidad en Europa, unida a la inestabilidad del sur del Mediterráneo, nos genera incertidumbres difíciles de manejar.

Así que no solo debemos avanzar en materia de paz y convivencia, campo en el que el actual Gobierno foral está ya trabajando bien, sino que hay un espacio de respeto y tolerancia a colectivos minoritarios, migrantes o a personas que por su orientación sexual no se ve del todo cumplido y satisfecho.

El Parlamento avanza en políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género, a pesar de la abstención en la proposición de Ley (LGTBI) de algunos partidos, pero también se avanza en protección de colectivos sociales muy vulnerables con la Ley de Renta Garantizada. Condiciones sociales que fomentan el acceso a los recursos públicos en igualdad de condiciones, como también puede ser el acceso a la vivienda, así se va en la buena senda de un Gobierno social que genera condiciones más favorables. Debemos generar todas y todos un enfoque preventivo y que sepa adelantarse a situaciones de odio o rechazo al diferente

Como dice el filósofo Daniel Innerarity ante los riesgos actuales, “el arte de tener razón cuando uno se ha referido a peligros futuros no es nada reconfortante. En esos casos es mucho mejor ser desmentido por la realidad. Lo que nos interesaba era más bien cómo cortarle el paso a las malas noticias, proporcionando al menos unos conceptos que nos permitieran entender los riesgos a los que nos enfrentábamos y, de ser posible, alguna que otra indicación acerca de qué podemos hacer con ellos. Estábamos, y estamos convencidos de que comprender bien lo que pasa es el primer paso para hacer lo que se debe”.

Comprender lo que pasa es difícil, pero muy cerca de aquí se dan situaciones dantescas como en otros puntos de Europa: surgen grupos que se nutren de la crisis, el descontento, el malestar ante la inmigración y el rechazo a la UE para perpetuar una sociedad intolerante. Como ejemplo, los hogares sociales en el Estado español que solo atienden a ciudadanos nacionales y que cuentan con cierto respaldo institucional o con autoridades cómplices que miran hacia otro lado.

Tenemos que adelantarnos a las corrientes ideológicas que en vez de tender puentes entre la ciudadanía global los destruye. Y es por ello vital que en las instituciones públicas europeas, y también en las nuestras, en Navarra, se persevere en políticas que prevengan a la sociedad de estos riesgos y trabaje en este valor moral que hoy celebra su día internacional: la tolerancia.

La autora es burukide de Paz y Convivencia de EAJ-PNV Nafarroa