después de más de dos años de trabajo, la ruptura del Pacto de Toledo deja en el aire avances casi cerrados al rechazar por parte de los partidos políticos la mayor parte de las recomendaciones que se habían pactado, esta situación vuelve a poner en evidencia la necesidad de llegar a consensos básicos en una materia tan relevante como esta. Generar acuerdos sólidos, duraderos en el tiempo y que den estabilidad a las pensiones se hace necesario.

Desgraciadamente, el adelanto de las elecciones generales al 28 de abril ha sido el argumento aludido por algunos partidos que han manifestado su rechazo a sacar adelante algunas medidas que aún no estaban maduras, lo que ha supuesto posponer a después de elecciones las negociaciones en el marco del Pacto de Toledo.

El triunfo de la moción de censura el año pasado, pese a la heterogeneidad de las fuerzas políticas que la apoyaron, abrió una ventana de esperanza para la mayoría social española que más está sufriendo los efectos de la crisis. El cambio de gobierno brindaba la oportunidad de ver revertidas las reformas más agresivas impuestas por los gobiernos del PP y de recuperar, cuando menos, parte de los derechos arrebatados.

Ante esta situación, CCOO de Navarra seguimos emplazando al Gobierno a que cumpla con sus reiterados compromisos de derogación de la reforma de pensiones de 2013, antes de finalizar la legislatura. Hay tiempo para hacerlo.

Miles de pensionistas siguen teniendo pensiones insuficientes para poder vivir dignamente. En Navarra, y a pesar de tener una pensión media elevada en comparación con la medida estatal, 75.000 pensionistas no llegan a ser mileuristas. De hecho, más de 13.000 pensiones no llegan ni a los 400 euros. Además, la brecha de género también se hace presente en el momento de recibir una pensión, una mujer cobra 542 euros menos que un hombre pensionista.

Las pensiones han jugado un papel fundamental en nuestra sociedad. En primer lugar porque es el reflejo de una carrera de cotización, que la gente trabajadora ha ido aportando mes a mes. En segundo lugar porque en momentos socialmente delicados, han sido un sostén para muchas familias.

Las mareas de pensionistas, iniciadas con las movilizaciones sindicales en lo que se llamó “marchas a Madrid” en octubre de 2017 y continuadas por los movimientos sociales generados entorno a este temas en 2018, han conseguido algunos avances. La revalorización conforme al IPC, el 1,6% y el 3% para las mínimas, el incremento de la base reguladora de la pensión de viudedad, subir el SMI a 900 euros, revertir el subsidio mayor de 55 años y situarlo en 52 años, la medida afecta a más de 100.000 personas desempleadas. Estos son algunos avances que desde la federación de pensionistas de CCOO saludamos de forma positiva. Pero hay reivindicaciones que siguen siendo las mismas que las defendidas en los últimos meses:

Desde CCOO y la federación de pensionistas consideramos que es necesario derogar la reforma de las pensiones de 2013, el factor de sostenibilidad, la reforma laboral 2012, garantizar la revalorización según el IPC real, incrementar las pensiones mínima hasta equiparlas al SMI, reforzar los ingresos de la Seguridad Social, la separación de fuentes, pensiones de viudedad, fondo de reserva, garantizar las carreras de cotización de los jóvenes y que los autónomos coticen por sus ingresos reales, son entre otras las recomendaciones que urgen.

El gobierno que salga elegido de las elecciones del 28 de abril deberá asumir y dar respuesta a nuestras demandas en el marco del Pacto de Toledo, los interlocutores sociales (organizaciones sindicales y empresariales y todas las organizaciones políticas que obtengan representación parlamentaria después del 28-A) deberán adquirir el compromiso de llegar cuanto antes a un acuerdo para la viabilidad del sistema.

CCOO y la federación de pensionistas seguiremos movilizándonos y reivindicando unas pensiones dignas y a favor de un Sistema Público de Pensiones que esté asegurado a presente y futuro. Hay medidas y propuestas que se pueden tomar para hacerlo viable sólo hace falta voluntad política.

El autor es secretario general de la Federación de Pensionistas de CCOO Navarra