siempre me ha llamado la atención ese cansino sonsonete de las huestes de la “derechona” contra los “rompedores” de la unidad patria. Difícilmente puede uno soportar cualquier retazo de su casposa retórica sin sus graznidos contra los demoledores separatistas. Vieja cantinela de raíces imperiales, campeadores y conquistadores... Siempre en boca del unionismo hispano, “falangitos”, amigos de los asesinos franquistas, incluso cierta peña sociata?

Mi pregunta es, si a lo largo de la historia, los distintos pueblos de este estado llamado España vivieron alguna vez pacífica y libremente unidos. Difícilmente se encontrará un documento, donde conste que el parto “imperial” de la España una, libre y todo eso... no se forzó a sangre y hierro?

España históricamente se construyó y se mantiene contra la libre voluntad de una parte notable de su ciudadanía. A muchos ciudadanos de este calamitoso estado, no nos queda más remedio que inclinar la cerviz ante el peso de la ley (Judicatura, Guardia Civil y los siempre conminatorios espadones).

En fin, que de aquellos polvos, estos odios, perdón lodos? lodos, pretendía decir?

Y llegan plebiscitos, y hemos de asistir a ceremonias vergonzosas. Se diseñan unas llamadas “líneas rojas”, que son en esencia pura carencia de formación democrática. No se acude a las urnas con la idea de servir a la ciudadanía, sino para anularla, humillarla, desaparecerla, etc. Poco les importan los programas de mejoras sociales sino el éxito de sus empresas (partidos quiero decir), para situarse en la cúspide y manejar el erario. Efectivamente, existen políticos honestos, eso dicen. Y ciertamente te los encuentras. Es una pena, que al parecer, una parte de la ciudadanía no mida la calidad de sus gobernantes sino las siglas de sus chiringuitos políticos. Y voy a aterrizar. Jamás entenderé que un partido “democrático” (¡vaya demócratas?!), se atribuya la facultad de calificar la bondad o maldad de un partido legal. Sobre todo, cuando detrás de tal partido, está la voz de miles de ciudadanos supuestamente íntegros y con todos sus derechos a ser representados intactos. ¿Es este el método de proponer una España unida, consensuada un poco más fraternal? Y he aquí la tremebunda hipocresía de los partidos unionistas? “Es que son amigos de los asesinos de ETA”. Dejemos aparte la tan manida como calumniadora falacia? ¡Ay cuánto podríamos hablar sobre el perverso invento ese de los entornos!

Pero señores míos? ¡Qué alma tiene esa hipócrita progresía que -cuando le interesa- se aleja de los apestados de Bildu y se abandona de bruces en la cama de los amigos de los asesinos franquistas! ¡Poca vergüenza, carencia absoluta de ética! A ver si va a ser, ya que la repetición de actos genera hábitos, y a la historia me remito, que el socialismo navarro a la larga, solo ha sido un puro sucedáneo de la derecha navarra. Eso, o lo que no es mucho más halagüeño, son un mero apéndice de Madrid y la voluntad de los votantes navarros les tiene al pairo. Y estando las cosas así, viviendo nuestra Navarra en un sin vivir político, todos contra todos, “defendiendo la bandera de la santa desunión”, ¿en qué se nos queda eso de romper España? ¿No somos capaces de luchar todos juntos por lograr unas mayores cotas de restauración y soberanía foral y vamos a desquiciarnos por las vicisitudes de “la una grande y libre”?

Nos queda la esperanza de que muchos buenos navarros que de buena fe han votado a esta progresía, les arrojen de una vez por todas al árido sequero del olvido. Es la una forma de liberarse de estos muñidores de los cuneteros franquistas. ¡Pongamos a ellos, por intolerantes, rayas rojas! Que ellos, y no otros, son los auténticos demoledores de una España democrática, humana y solidaria. Esta España en manos de instituciones franquistas, banqueros, etcétera, con mucha pandereta y mucha castañuela.

Hau mundua!