mi madre, una Maya de Zudaire, me enseñó que hay que apoyar causas justas y enfrentarse a las injustas, no siendo cómplice o testigo silencioso porque a mí no me afecte, antes y ahora.

El Maya de Pamplona dice representar y defender a los suyos. Yo quiero defender a los míos, a los que no represento, quede claro, pero considero una causa justa: la parte débil contra toda una estructura de poder injusta, a la que apoya el primer edil de Pamplona, como nos lo ha demostrado cuando le hemos pedido ayuda.

Unos jóvenes tuvieron una mala noche, y muy mala suerte... coincidieron con 4 personas que se han dejado utilizar, no gratuitamente, para saldar cuentas de un pasado en el que los jóvenes no han tenido nada que ver.

Si hay que hablar del pasado, se habla, pero sin miedo ni amenazas de denuncias por apología del terrorismo por grupos que viven económicamente de ello, porque más terroristas que los golpistas del 36, con más de 3.000 asesinados en una Navarra sin guerra, sus herederos, sus palanganeros y sus encubridores, es difícil de ser. Y quedan muchos, de hecho recuperan una calle para el ejército que, a partir de 1936, causó 1.000 veces más muertos que ETA. Al parecer un homenaje merecido si los muertos son los otros, no los míos, como mantener el Monumento a los Caídos, con las tumbas de los artífices del genocidio. Punto y final por mi parte a este tema, vayamos al que nos ocupa.

Una discusión-disputa-pelea-enfrentamiento nocturno y embebidos en alcohol... ¿o estábamos a tónica todos? Una lesión difícil de explicar para un médico por una pelea, más propia de un retortijón en la acera que conocemos del Koska, unas imágenes como única prueba documental, es decir objetiva, demostrando que no es cierta la versión de la Guardia Civil ... y 7 jóvenes en la cárcel, y una octava pendiente. Sin pruebas, solo como escarmiento a un pueblo a través de sus jóvenes.

En este país corrupto, porque lo es ya hasta para algunos jueces, lo único que no se permite es meterse con la unidad de España, el ejército, y por ende la Guardia Civil, la Policía y el rey, es decir, lo que ni se ha elegido, ni nos dejan elegir. Todo ello proviene de un golpe de estado y una dictadura, junto con una Transición, no tan pacífica ni ejemplar como quieren hacer creer.

Si se meten con nosotros, el sistema sanitario público, ya que soy médico, no pasa nada, es legítimo, que si nos vendemos a las farmaceúticas, que si trabajamos poco o que metemos horas en peonadas a 50 euros brutos... pero pensar y decir que sobran policías, que deben cuidarnos y no vigilarnos, y que cuanta más confrontación tengamos cobran más horas extras, es delito. ¿Yo no puedo criticar sus actuaciones y su función?

¿Dónde hemos llegado, si alguna vez hemos partido?

Un país corrupto, con políticos y partidos corruptos, ¿qué poder judicial puede elegir? ¿Uno justo? ¿Uno que los controle? ¿Uno que cuide a su pueblo? Difícil, ¿no?

Es muy complicado vivir aquí si criticas a cualquier estamento de este Estado. En cualquier momento dirán que he o hemos hecho algo contra ese sistema que tanto protege al sinvergüenza, y acabaremos ante un juez nombrado por ellos o controlado por otro juez nombrado por ellos, que, si se sale de la línea, no cobra o no asciende, o peor aún, piensa como ellos sabiendo que son un pozo corrupto y no le importa.

Que jueguen con la vida de unos jóvenes por una pelea, que está por demostrar, con otras personas que está por demostrar lo que hicieron, con unas lesiones mínimas, nos tiene que hacer pensar cuál es nuestro futuro y qué debemos hacer.

Que no se critique la actuación del jefe de puesto del cuartel más complicado del país, cuando está más de 4 horas en un bar, discutiendo con unos jóvenes, y se considera solo su derecho a tomar unas copas, me alucina. Además es condecorado, ¿por qué mérito?

Sé que la cita de “a grandes males grandes remedios” no les gusta a los políticos, porque sus vidas son un privilegio, pero para unos padres y madres de Altsasu, como somos mi mujer y yo, nos jugaríamos todo para salvar a nuestros hijos e hijas de esta catástrofe.

¿Qué haríamos para rescatar a 8 jóvenes secuestrados en un país llamado X...tan? Pues eso es lo que nos está pasando.

Lo de los grandes remedios va para los políticos, locales y menos locales, ya que parece más importante un tren que 8 jóvenes. A nosotros nos vale incluso no viajar, pero con todos en casa.

Nadie está orgulloso de lo que ocurrió, fuera lo que fuera, y por ello nosotros no condecoramos a nadie, pero sabéis que es lo peor que le ha pasado a nuestro pueblo desde 1936, y nos lo están haciendo los herederos de los que provocaron aquella barbarie, y no les importa.

Hagamos que les importe, o al menos que nos oigan. Prioricemos a las personas.

¡Que no digan, si no os quejasteis! Yo si me quejo y quiero que conste.