Los machos, claro. Los machos bien puestos en ese informe de la RAE a Carmen Calvo sobre el uso de un lenguaje más inclusivo para una posible nueva redacción de la Constitución.

En el equipo elaborador del informe, dos hombres y dos mujeres, más otro hombre para los últimos ajustes del texto, van tres a dos. Largo informe, sesudo se supone pues, de 155 páginas del que anoto algunos puntos más que significativos. Escribo a vuelapluma esos puntos al asalto a mi memoria.

El género masculino es de por sí inclusivo de hombres y mujeres, característica del idioma español, "impecable" el texto constitucional en ello dice el presentador del informe a los medios, también hombre, cuatro a dos vamos. Tan inclusivo digo yo como lo es el macho ibérico, fabuloso abrazador generoso de todo ser humano del otro sexo, ya se me han escapado dos desinencias calificativas -oso, sugeridoras de algo sobre abrazos. Lo de "señoras y señores" de los discursos decimonónicos aún vigentes, una deferencia varonil hacia la función socio-político-cultural de la mujer, sostén embellecedor del austero varón ejecutivo.

Alarde de generosidad, ¿fruto de las dos flores del búcaro?, el de admitir que algunas expresiones masculinas quizás sí sean excluyentes en casos del sexo femenino, como es el de las referencias a instituciones militares, patrimonio natural, sabido es, de hombres bien puestos pero cuya legislación ha cambiado y debería contemplar de alguna manera el texto constitucional ya obsoleto al respecto.

Alarde de generosidad el de admitir el uso de términos abstractos para eludir la impresión de sesgos excluyentes de lo femenino, tales como "población española", e incluso a veces el recurso a lo que consideran antieconómica reiteración lingüística, como eso de "españoles y españolas". Pero ojo, las profesiones y cargos que no se toquen, valga con casos individualizados del otro sexo ("doctora", "diputada"?), no en cambio con las denominaciones colectivas ("doctores", "diputados") donde la expresión masculina se juzga plenamente inclusiva?

Enternecedor alarde de generosidad con lo de "reina" y "princesa", que en una monarquía como dios manda princesas haylas y, caprichos biológicos, de reina será la siguiente jefatura de estado como por fuerza debe dar por seguro una Academia que se intitula Real.

Sesudo el informe, no se priva del análisis comparativo con Chile, Colombia, México, Venezuela e incluso con otras constituciones en lenguas románicas e indoeuropeas, así la francesa, la inglesa y la portuguesa, sabido es que en las culturas indoeuropeas las mujeres eran de incalculable valor, piezas codiciadas por guerreros de toda condición dispuestos a morir y matar por ellas. Todas las constituciones estudiadas poseen las mismas características varoniles, a excepción de la venezolana como confirmación de la regla, pero cuidado con la deriva bolivariana, es caso singular aislado a no tomar en consideración.

Pues nada, que el varonil leguaje inclusivo de la RAE va a por todas.