como decía Álvarez Rabo (dibujante de cómic en El Víbora) en una entrevista en eldiario.es cuando presentaba en el museo Artium de Vitoria su libro Compendio Analítico Gliscromorfo ARTE (CAGARTE): "He llegado a la conclusión de que a nadie le interesa el arte contemporáneo" y añadía que "la culpa la tienen los artistas: son culpables y víctimas de lo que les pasa". Ha habido tal divorcio entre arte contemporáneo y público que incluso a la mayoría de los propios artistas no les interesa lo que hacen el resto de artistas. Quizás suene a una exageración, pero ¿cuándo es la última vez que fueron a ver una exposición? y si son de los que van, ¿con cuánta gente se encontraron en la sala de exposición? Soy de los que me gusta ir a ver el trabajo de los demás y generalmente me encuentro con dos o tres personas a lo mucho. Si el artista organiza un encuentro, una visita guiada a su exposición entonces aparecemos un pequeño grupo más numeroso, pero todos y todas tiramos de nuestra gente que nos arropa en momentos así. El arte se ha fragmentado, se ha perdido la conexión entre disciplinas artísticas. Casi no se ven, por ejemplo, artistas plásticos en recitales poéticos, como tampoco poetas en exposiciones, cuando como decía Leonardo da Vinci "la pintura es poesía muda; la poesía pintura ciega". Pero si tomamos como ejemplo otras disciplinas estaríamos igual, no se ve el teatro en la plástica, ni la danza en la poesía, etc? Salvo honrosas excepciones, se hacen esfuerzos por unir disciplinas en el proyecto municipal Hiriartea de la Ciudadela (¿y ahora se desmantela?) o en iniciativas privadas como Miércoles sospechoso o la galería La Fábrica de Gomas.

Le leo a Peio Izcue en su Facebook que "hoy se combate el vacío existencial con la velocidad del consumo (..) Más compras, más viajes, más experiencias, más post, más likes. Una continua huida hacia adelante para dejar de pensar". Una sociedad rápida, de continua acción, de pensamiento superficial, de expresión breve (máximo 140 caracteres), donde todo caduca y se devalúa en cuanto se vende, donde hay una saturación de productos, de obras de arte que se almacenan en fondos de galerías, en almacenes de museos, en armarios de estudios de artistas. En esta corriente, el/la artista contemporánea ve con fastidio que si ejecuta obra le va a costar muchísimo exponerla y no digamos venderla. Y sin embargo, siguen saliendo de cada facultad de Bellas Artes promociones y promociones de artistas. ¿Qué sentido se le da a esa formación superior si no tiene su salida natural que es la creación de obras de arte? ¿Qué salida le queda al artista incipiente? No hacer, o no materializar nada tan solo crear proyectos virtuales, o generar ideas, o poner su formación al servicio de movimientos sociales, o ser profesor de aficionados, o trabajar en otra cosa, o? visto el panorama, hay una línea institucional (léase Centro de Arte Contemporáneo, Laboratorios del Arte?) donde lo que se está valorando prácticamente en exclusiva es el proceso creativo frente a la obra finalizada. Pero como dice el arquitecto Josecho Vélaz, "las ensoñaciones que cualquiera podemos tener no alcanzan el rango de idea. Son intangibles y carecen de valor hasta su desarrollo y formalización en producto. En su estado puro carecen de valor si no se transforman en producto". En el fondo, la valoración tan alta que se hace desde estos centros de arte, del proceso creativo frente a las obras finalizadas, es un síntoma de no creer en el artista, en el arte, de "asesinarlo" para blanquear la mediocridad. Nadie o casi nadie está yendo a contemplar las ocurrencias de los artistas que solo trabajan por proyectos en centros de arte, y me da la impresión de que poco les importa, han expulsado al público, no lo quieren, no pueden soportar el rechazo de lo que hacen y para evitarlo, ignoran que exista público, ellos/as mismas son su propio público generando un proceso egocéntrico de aislamiento.

El artista disfruta del proceso creativo cuando está ejecutando su obra, se siente parte del arte, siendo el resultado la culminación de ese proceso y sabe además, que si no culmina no avanza. Son las sucesivas culminaciones la propia trayectoria del artista, su devenir por el arte. Si se queda anclado en el proceso sin salida de él, sin materializar nada, si nada ofrece no le va a ser posible tener la mirada ni hacia atrás ni hacia adelante, se queda estancado en su eterno presente vacío y repetitivo. Porque crear arte supone esfuerzo, constancia, tiempo, vivencia, experiencia, formación, oficio, destreza, emoción, tensión, riesgo, exposición? y todo ello va en contra de estos tiempos rápidos, porque la creación de por sí es lenta, pausada, íntima y requiere otro tempo. Estamos perdiendo el último reducto de público que nos quedaba, solo unos/as pocos/as artistas resistentes ofrecen obra acabada en salas de exposiciones todavía vivas. Vayan a ellas y verán que el arte pervive y si se dan tiempo para la contemplación pausada y silenciosa podrán descubrir la belleza.