ste año 2020 será recordado por el impacto mundial de la covid-19. Así pasará a la historia. Todo está condicionado por una pandemia que muy pocos vieron venir y cuyas consecuencias económicas nadie anticipó. Menos aún que pudiera tener una incidencia tan directa en la evolución de la economía mundial hasta provocar la mayor desaceleración económica desde la Segunda Guerra Mundial.

Esta crisis nació provocada de manera artificial por la parada absoluta de la economía. Algo relativamente fácil. Pero esta circunstancia, nunca antes ocurrida, se ha convertido en un gravísimo problema cuando se ha querido invertir la situación. En su reactivación posterior.

Son momentos muy duros e inciertos. Lo que hoy estamos viviendo es incertidumbre en mayúscula. Precisamente por eso, porque cuando peor nos va debemos sacar lo mejor que llevamos dentro, estamos necesitados de grandes gestores. Son en estos momentos adversos en los que se ponen de manifiesto los grandes líderes que, con el acierto en la toma de sus decisiones, con rapidez y determinación, pueden acelerar la salida de esta situación.

A diferencia de la última gran crisis conocida, hoy existe liquidez. Antes incluso de decretarse el estado de alarma, se reaccionó rápido para que nuestro tejido empresarial pudiera superar estos primeros meses. Muchas instituciones, Elkargi también entre ellas, trabajamos rápidamente para que el dinero llegara a miles de proyectos, y estos poder así afrontar sus costes estructurales ante la caída total de la actividad y de sus ingresos.

Pero ojo, porque tras esta inyección podríamos ahora estar viviendo durante estos meses anestesiados pensando que la situación con respecto a nuestras pymes está resuelta cuando, en realidad, continúa deteriorándose. Y lo hace porque no hay demanda, no hay suficiente actividad y, por lo tanto, no se genera ingreso. Esta dura situación nos puede llevar a perder gran parte de nuestro tejido empresarial.

Por eso, ahora, ante la dureza con la que nos sacuden las consecuencias de la covid-19, nuevas medidas son necesarias. En Elkargi estamos trabajando para ampliar los plazos devolución y carencia de los miles de préstamos, por más de 900 millones de euros, que hemos puesto en el mercado en condiciones muy ventajosas. Y esta medida, ciertamente, es necesaria en la actual coyuntura. Pero no es la única.

Emulando a J.F. Kennedy en su discurso de investidura de 1961, todos y cada uno de nosotros deberíamos preguntarnos "qué podemos hacer nosotros por nuestro país", por nuestra comunidad. Y es aquí donde también deben aparecer y están apareciendo los propietarios y gerentes de nuestro fértil tejido de pymes, muchos de los cuales llevan semanas adoptando esas otras nuevas medidas que serán necesarias para que el mayor número de empresas posible sobreviva.

Hacer frente a esta difícil coyuntura no es nada fácil, porque a pesar de que la liquidez ha sido un efecto diferenciador respecto a otras crisis, la incertidumbre ha sido, y es, mayor que nunca. La anticipación es clave, y como líderes en la gestión de nuestros proyectos, deberíamos anticiparnos al futuro próximo aprovechando este tiempo de anestesia para reflexionar y tomar las mejores decisiones posibles. Y debemos tener claro que, o lo hacemos nosotros en nuestras empresas o, por el contrario, otros lo harán en nuestro lugar en función de sus intereses.

Hoy más que nunca, contar con un plan financiero basado en diferentes posibles escenarios será determinante para afrontar el futuro con más garantías, y las pymes deben gestionar adecuadamente su capacidad financiera.

Cuando hablo de la capacidad financiera me refiero a que la gestión de la caja es la protagonista. Las empresas no mueren por caída de ventas o bajada en la rentabilidad, pero sí por la caja. Son sus constantes vitales. Cash is King. Es fundamental que, desde ahora mismo, las pymes analicen estos diferentes escenarios para anticiparse al futuro con diversos planes de tesorería, analizando desde el área financiera todas las posibles acciones a acometer para afrontar la crisis actual.

Del mismo modo, deben contar con un eficaz plan de choque. No digo que sea fácil, pero sí imprescindible deshacernos de todos los elementos accesorios y crear, por el contrario, procesos altamente eficientes en nuestros proyectos. Valorar lo imprescindible ayudará a proyectar la empresa en el largo plazo.

No me olvido del análisis de costes. Un análisis no entendido como un fin en sí mismo, sino como la herramienta que nos ofrece la información necesaria para la correcta toma de decisiones. Y ojo, porque tan importante o más que su correcta aplicación en grandes empresas multinacionales industriales lo es, sin duda, para pequeñas y medianas empresas. ¿Hemos reflexionado suficiente sobre su importancia?

Cualquier proyecto empresarial nace para ganar dinero, para ser rentable. Porque necesitamos que las empresas sean sostenibles, y sin cuentas de resultados positivas y balances equilibrados no tendremos empresas/negocios sostenibles. De ahí la creación de empleo y el bienestar que proyecta en nuestra sociedad. Por eso, necesitamos líderes y gestores que sepan tomar, cuanto antes, las decisiones correctas orientadas a obtener una mejor situación de su cuenta de resultados. Lo que redundará en el mantenimiento de cientos de pymes, miles de empleos y, por ende, nuestro actual estado de bienestar.

En todo ello, desde Elkargi también podemos ayudar a las empresas. Ellas son nuestras propietarias y a ellas nos debemos. Así que, desde estas líneas, invitamos a todas ellas a que se acerquen hasta nosotros y compartan sus necesidades, porque podemos ayudarles. Junto con sus necesidades de financiación en las que ya les acompañamos, seguro que muchas de ellas tienen la necesidad acertar con sus decisiones en la gestión financiera, porque es clave para su supervivencia.

Las pymes sostienen más del 95% del empleo de nuestro entorno. Son la raíz de nuestro estado de bienestar. Que la mayoría de ellas acierte en la toma de sus decisiones es fundamental para nuestro futuro crecimiento.

Considero que si aprovechamos el momento y tomamos las decisiones adecuadas podemos convertir esta crisis en oportunidad. Aprovechemos para reflexionar y no solo para ajustar nuestro negocio, sino quizá para reinventarlo. Sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero creo que merece la pena intentarlo.

Si no acertamos hoy en las decisiones, y si éstas no están fundamentadas en los valores que nos han llevado hasta nuestro bienestar actual, no seremos capaces de aportar valor a nuestra sociedad y, en consecuencia, seremos un país sin futuro y, más preocupante todavía, sin presente.

No nos lo podemos permitir.

El autor es director general de Elkargi