avarra encara la última semana del año 2020 con los presupuestos para 2021 aprobados, con el comienzo del proceso de vacunación de la covid-19, y en un contexto sin duda impredecible doce meses antes. La pandemia ha impactado en nuestra economía, y ha hecho trizas las previsiones que manejábamos a principios de marzo.

Las cuentas públicas de nuestra Comunidad son fruto de un intenso trabajo para, por un lado, aportar soluciones reales a las necesidades de las navarras y los navarros como suponen los alrededor de 150 millones de euros previstos en 2021 para gasto covid en áreas como Salud, Educación o Políticas Sociales, y, por otro, para dar certidumbre a nuestras empresas y tejido económico como representa la exención del IAE propuesta, el no haber adoptado decisiones que implicaran subida de presión fiscal en la coyuntura económica actual, o los diferentes paquetes de ayudas aprobados por el Gobierno de Navarra desde el estallido de la pandemia y que, sin lugar a dudas, deberán tener su continuidad y acompañar a lo largo del año próximo a los sectores más afectados por la misma.

La memoria es frágil, pero nadie podrá negar que estamos encarando esta crisis económica con un enfoque radicalmente diferente a como se actuó en la anterior crisis financiera. Lo cual no nos hace olvidar que el gasto necesario que hoy afrontamos representa el endeudamiento de mañana, por lo que debemos velar por la responsabilidad fiscal y por una estabilidad de las cuentas una vez recuperado con firmeza el crecimiento económico sostenible. El presupuesto del próximo año representa la base, nuestro primer paso colectivo, para iniciar las transformaciones que sigan permitiendo a Navarra ocupar una posición líder en bienestar social y magnitudes macroeconómicas.

Por ello, desde el conjunto del Gobierno de Navarra se está trabajando en el marco del Plan Reactivar Navarra-Nafarroa Suspertu- Next Generation EU en la plasmación de los proyectos tractores que han de dinamizar nuestra economía desde la necesaria colaboración público-privada. Conscientes de que todos los actores somos responsables de "crear valor".

Se impone un profundo cambio de paradigma en el que el Gobierno en su conjunto debe transformar los desafíos sociales tales como la inequidad, el cambio climático o el envejecimiento, en metas concretas que combinen el desarrollo económico y la necesaria innovación social.

Este esquema requiere de un claro rol de liderazgo público en la inversión en determinadas áreas, para lo cual nos debemos dotar de nuevos instrumentos, tomando como referencia experiencias en el ámbito europeo donde se plantea una financiación "paciente", que desde bancos públicos impulsa y sostiene la transformación de la economía. Creando el ecosistema para el desarrollo de empresas comprometidas con los objetivos de desarrollo sostenible. Esto representa elecciones difíciles, pero que serán recompensadas. Significa inclinar el campo de juego en dirección a áreas particulares como biotecnología, inteligencia artificial, ecología, pero, sobre todo, permitir a diferentes actores (público, privado y tercer sector) trabajar juntos en las nuevas formas de resolver problemas.

Es en este escenario es donde Navarra cuenta con fortalezas. Desde el desarrollo del sistema navarro de innovación a la recuperación del impulso científico con un nuevo plan tecnológico y, por supuesto, el sector público empresarial navarro.

Contamos con el trabajo y especialización del conjunto de profesionales de las sociedades públicas de Navarra para avanzar en aspectos tales como la digitalización, la lucha contra el cambio climático, el equilibrio territorial, la biotecnología y un impulso al desarrollo industrial. Todo ello para asumir una serie de apuestas estratégicas que permitan la creación de entornos que posibiliten el desarrollo de nuevas iniciativas empresariales que generen empleo, bienestar y riqueza para la década que ahora iniciamos.

Aprenderemos, sin duda, de los errores del pasado, sabiendo idear nuevas fórmulas que permitan maximizar la apuesta pública por la inversión y la innovación, no socializando únicamente los riesgos, sino también las recompensas. Asegurando nuestra presencia y la vinculación de las empresas al territorio, todo ello con planteamientos que no generen ruido innecesario o incertidumbre, sino confianza en nuestras capacidades en formación, atracción de talento e innovación.

Este nuevo paradigma ha de superar debates que la actual situación ha evidenciado obsoletos y aparcar la dinámica del conflicto público-privado.

En tiempos en los que resulta más cómodo agazaparse en la trinchera, se trata de abordar la necesaria coinversión y nuevas fórmulas de trabajo conjunto entre el sector público y privado.

Lo público está llamado a asumir un mayor protagonismo como agente emprendedor e innovador cuyo protagonismo dinamizador ha sido, sin duda, puesto en relevancia en estos tiempos de zozobra.

La prueba del renovado interés que suscita en la actualidad la colaboración público-privada es su inclusión como "principio rector indispensable" del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia para los fondos del programa Next Generation EU.

Es justo, por tanto, desmontar mitos y poner en valor la necesidad de un sector público de la economía, que, junto con el sector privado, actúe de palanca en los sectores que ya hemos definido en el Reactivar Navarra-Nafarroa Suspertu-Next Generation EU. Relación en la que ambas partes resulten beneficiadas.

Es importante, por último, trasladar una reflexión al conjunto de actores políticos y sociales.

Diversos autores han comparado el momento que vivimos con el que se inició en Europa tras la finalización de la II Guerra Mundial. Sin duda, aprender del pasado nos ayuda a comprender el presente para construir el futuro.

Enfrentamos nuevos tiempos que deben combinar a la par pragmatismo y espíritu de cambio, en los que debemos ser conscientes a la hora de formular nuestras demandas que los recursos siempre son escasos y que se impone una nueva solidaridad más transversal que salte por encima de sectores tradicionales. Hemos de ser conscientes que habrá que apoyar nuevas necesidades.

También es más necesario que nunca apelar al realismo, teniendo en cuenta la realidad de nuestro contexto, donde el 70% de la población se encuadra en la denominada clase media, y conocer el entorno que nos rodea. Los datos demuestran que planteamientos voluntaristas acaban produciendo un efecto boomerang, por ejemplo, en el ámbito fiscal, mermando los recursos con los que Navarra cuenta para ejecutar sus políticas públicas.

En esta misma línea, debemos propiciar un clima que fomente el desarrollo de iniciativas empresariales, no sólo en lo tangible sino también con un clima político propicio, con el acuerdo y la concertación social como guía.

Sorprenden algunos planteamientos que en ocasiones colocan bajo sospecha al conjunto de emprendedores, empresarios y directivos.

Sin ellos, falla la base de nuestro estado del bienestar, desde el convencimiento de que la primera palanca para el desarrollo económico y la creación de empleo son las empresas, nuestras empresas.

Hagamos, por tanto, un esfuerzo por ponderar planteamientos y asegurar las bases para la recuperación económica y la cohesión social. Con un liderazgo público, para una sociedad civil emprendedora y proactiva.

Los autores son: consejera de Economía y Hacienda del Gobierno de Navarra, y director general de la Corporación Pública Empresarial Navarra, respectivamente

Se impone un profundo cambio de paradigma, en el que el Gobierno en su conjunto debe transformar los desafíos sociales en metas concretas