a semana pasada tuvimos conocimiento por la prensa de la posibilidad de instalar terrazas en algunas plazas de Pamplona, en concreto la plaza San José, la plaza Compañía y la plaza de Calderería. Aunque no parece, a día de hoy, que esta medida haya sido aprobada definitivamente, queremos desde la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona hacer una serie de consideraciones al respecto.

En primer lugar, queremos mostrar nuestro estupor por el hecho de que no hayamos tenido conocimiento de las negociaciones para ampliar las terrazas a los citados espacios públicos hasta que ha sido publicado en prensa. Siendo la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona (en adelante, EOIP) un centro educativo situado precisamente en uno de estos enclaves, con número ingente de alumnado que podría verse afectado por esta propuesta, creemos que correspondía al Ayuntamiento de Pamplona la cortesía de informarnos de ello, cuando no incluso de habernos consultado sobre los inconvenientes que, de aprobarse finalmente, podría generar la instalación de estas terrazas para el normal desarrollo de nuestra actividad docente.

Queremos de antemano aclarar que comprendemos la dramática situación en que se encuentra el sector de la hostelería debido a las restricciones impuestas desde las respectivas Administraciones. Somos conscientes de que esta propuesta obedece a un intento de compensar las pérdidas de aquellos bares que no reúnen las características que les permitirían seguir ofertando su servicio, puesto que no tienen terrazas. Entendemos sus quejas y nos sentimos solidarios con sus demandas. Apoyamos un plan estratégico de recuperación del sector y de financiación, no solamente de la hostelería sino de cualquier otro sector profesional o entidades sociales cuya viabilidad económica esté comprometida. No nos compete a la EOIP valorar las estrategias adoptadas ni la cuantía de las ayudas a estos sectores. Dicho esto, también somos de la opinión de que cualquier medida tomada para ayudar a unos no puede de ninguna manera causar a otros unos inconvenientes que vayan en detrimento de su actividad o de la calidad que se ofrece.

Al parecer, la propuesta de instalación de terrazas en las plazas colindantes al edificio de la EOIP supone, en cuanto a la plaza Compañía, montar una carpa con diez mesas, además de varias más en el entorno fuera de la carpa. Según la información aparecida en prensa, estas mesas se dispondrían respetando una distancia de seguridad de dos metros entre ellas. Además, se crearía un corredor como acceso al parque infantil de la misma plaza. En lo que respecta a la plaza de Calderería, se trataría de diez mesas con sombrillas. Estas medidas, de terminar adoptándose, nos parecen totalmente inadecuadas para nuestra actividad docente en la EOIP.

La EOIP, como cualquier centro educativo, ha tenido que hacer un esfuerzo notable de adaptación a las medidas sanitarias derivadas de la situación de pandemia, teniendo en cuenta, entre otras muchas, las restricciones de aforo, el protocolo de higiene, el mantenimiento de la distancia de seguridad o un diseño de accesos y salidas del edificio. Esto, lógicamente, ha provocado no solamente cambios en los espacios, zonas comunes y las aulas, sino también una profunda transformación en el diseño de los cursos y las modalidades de enseñanza de los idiomas que ofertamos. Sin ahondar en algunas de las diferencias notables con cursos pasados, baste mencionar algunas de las medidas adoptadas que entran en conflicto con la instalación de terrazas en los aledaños del edificio de la EOIP:

La EOIP tiene un horario ininterrumpido de clases desde las 8.00 hasta las 22.00 de lunes a jueves. En algunas franjas horarias, a primeras horas de la mañana, y especialmente en horario de tarde, la afluencia de alumnado es muy importante. No hay que olvidar que, a pesar de que este curso en muchos de los niveles e idiomas que ofertamos se esté impartiendo clase siguiendo un modelo híbrido, con la mitad del alumnado en el aula y la otra mitad en su domicilio, siguiendo la clase por videoconferencia, la EOIP tiene un número aproximado de 3.400 alumnos en total. Aunque, lógicamente, no coincidan simultáneamente, entendemos que el acceso al edificio va a quedar entorpecido, bien sea a pie o en bicicleta, como hacen muchos, aparcándola, por cierto, en el lugar señalado para ello en la misma plaza. Creemos que el número de mesas, tanto en la carpa habilitada a tal efecto, como fuera de ella, de mantenerse la distancia estipulada, inevitablemente ocasionará molestias a unos y otros. El espacio rectangular que queda frente a la EOIP resulta del todo insuficiente para albergar estas terrazas, más teniendo en cuenta el pasillo que se crearía de acceso al parque infantil y la necesidad de respetar el aparcamiento de bicis.

Como marca el protocolo de contingencia elaborado por la EOIP, los accesos de entrada y salida al edificio de nuestra escuela quedan bien diferenciados, de tal manera que mientras que el alumnado accede por la plaza Compañía, a la hora de salir del edificio, al término de sus clases, lo hace por las escaleras de emergencia de cada planta. Estas salidas confluyen precisamente en la calle Calderería, en la esquina que da a la pequeña plaza donde presumiblemente van a instalarse las terrazas. De nuevo, considerando el habitual trasiego de alumnado en determinadas franjas, pensamos que originaría inconvenientes.

Para cumplir con las medidas de seguridad, en las clases en que estamos impartiendo las ventanas deben estar abiertas en todo momento, o bien abrirse con regularidad a intervalos para proceder a la ventilación de las aulas. Si, tal como insistimos, la EOIP tiene horario ininterrumpido, y particularmente en las franjas horarias de la tarde los grupos son muy numerosos, entendemos que el ruido que pueda generarse por la afluencia de clientes en las terrazas repercutirá en el normal desarrollo de la clase y en la calidad, en concreto, del soporte audiovisual que el profesorado esté en ese momento utilizando. A pesar de que, como señalan desde el sector, habría prohibición de poner música y el horario de las terrazas sería hasta las 21.00, insistimos en que solamente el ruido que se generaría, máxime teniendo las ventanas abiertas, afectaría a las condiciones en que impartimos nuestras clases, que además coincidirían en horario.

Confiamos en que la higiene no se vería afectada, pero también nos preocupa el hecho de que, como admitían algunos responsables de establecimientos hosteleros, la vajilla no se limpiaría in situ, sino que se llevaría a los bares respectivos, pudiendo generarse suciedad en el entorno. Por otra parte, al no disponer de servicios, podría darse el caso de que hubiese clientes que utilizasen los de la EOIP, personas que por su propio desconocimiento, dudamos que actuasen dentro del edificio ateniéndose a la normativa de la EOIP.

Tal como hemos comentado, la EOIP ha establecido un protocolo de seguridad cuyo cumplimiento estricto ha hecho que la incidencia de casos covid-19 entre el alumnado haya sido mínima, siempre, naturalmente, teniendo en cuenta que se desconocen con exactitud las circunstancias en que se han contagiado. Nos parecería incongruente que el alumnado de la EOIP tuviera tan próxima una zona donde puede haber cierta masificación y, por razones obvias, menor uso de la mascarilla, después del celo que se exige para el cumplimiento de las medidas de protección en nuestra escuela.

Por último, aunque esta medida fuese, como algunos apuntan, en principio transitoria, nos preocupa que, dada la evolución de los contagios y el ritmo de vacunación, la situación dramática que vive el sector no mejorase, y, en consecuencia, el Ayuntamiento acordase prorrogar la instalación de estas terrazas. Cabe recordar que la EOIP, además de a su alumnado oficial, examina de sus pruebas así mismo a alumnado libre que solamente se presenta al examen. El número aproximado de personas que se matricula por libre es de unos 2.000. Teniendo en cuenta que las pruebas se realizan en el edificio de la escuela, en la plaza Compañía, a partir de la finalización de las clases, desde el 21 de mayo hasta finales de junio, nos parece del todo incompatible que se realicen exámenes en estas circunstancias. Debemos resaltar que estas pruebas tienen un carácter certificativo, que en algunos casos es un requisito para acceder, por ejemplo, a puestos de empleo para la Administración pública. No creemos que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Pamplona pueda sostener que se pueden realizar estos exámenes, tanto escritos como, no lo olvidemos, orales, a un número de alumnos semejante en unas condiciones tan desfavorables.

Insistimos, para finalizar, en que la solidaridad con cualquier sector, que creemos que tiene la mayoría de la sociedad navarra, no puede ser la excusa para paliar su problemática adoptando una serie de medidas que perjudican a otros estamentos o a otro segmento de la población. Es por ello que desde la EOIP solicitamos al Ayuntamiento de Pamplona que deje sin efecto esta medida.

Firma este escrito el Equipo Directivo de la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona: Maite Casero (directora), Laura Escribano (jefa de Estudios adjunta), Imanol Haranburu (jefe de Estudios), Arantza Idoate (secretaria) y Carlos Remón (vicedirector)