ivimos en un mundo globalizado, de latifundios y monocultivos. Traemos productos que tenemos en nuestra huerta desde los lugares más alejados del planeta, ya que a priori son más baratos, supuestamente más rentables. Solo importa la ganancia a corto plazo; no importa el producto, la manera de producirlo ni quien lo produce.

En este contexto comenzamos a labrar esta aventura que es Errigora, allá por 2012. Una iniciativa que venía a plantear una pequeña alternativa a esa lógica macabra, desde un enfoque que a muchos y muchas de nosotras nos pareció, cuanto menos, curioso: se proponía un cóctel que mezclara el impulso al euskera en el sur y la zona media de Nafarroa y la comercialización de productos locales mediante circuitos cortos y, además, hacerlo en auzolan. Para sorpresa de los más incrédulos, el éxito ha sido rotundo. Si aquel primer año participamos en el experimento 2 productores, la buena acogida entre los y las consumidoras ha hecho que a día de hoy ya seamos 25 productores: trujales, conserveras, vinicultores, productores de pasta, de cereal (arroz) y ahora también de legumbres.

Sabemos mejor que nadie lo que supone unir a 25 productores en un proyecto común. Cada cual tiene sus necesidades y también sus rarezas, dicho sea todo. Sin embargo, podemos decir orgullosamente que hemos hecho una gran piña y, más allá de las bondades de la iniciativa, para nosotros y nosotras Errigora es un espacio donde compartir los problemas y las soluciones que nos surgen en trabajo diario; un lugar para conocernos y aprender los unos de las otras. Un proyecto que compartimos entre compañeros y no un espacio en el que rivalizar entre competidores. Al mismo tiempo, nos ha dado la oportunidad de conocer a mucha gente, desde el Ebro hasta la costa, y de entender más profundamente los puntos de vista de consumidores y consumidoras y de los voluntarios y voluntarias que hacen que gire la rueda.

Siempre con la premisa clara de impulsar el producto local y el sector de una manera justa y equitativa, hemos dado pasos significativos en el camino. Y aunque se podría pensar que poner en el centro el agricultor, el producto y el consumidor o apostar por recuperar siembras es, hoy y aquí, remar a contracorriente, nosotros y nosotras nos hemos sentido como en un velero con el viento a favor. Muestra de ello es el volumen de ventas, que ha supuesto el paso adelante más evidente: el hecho de que más y más productores se unan a la iniciativa, ya que con los que estábamos no llegábamos para servir las cantidades que se nos demandaban.

Precisamente, uno de los aspectos más reseñables de este corto pero prolífico recorrido es el hecho de que la mayoría de los pasos que hemos dado en nuestra huerta haya partido del plato de los consumidores y las consumidoras. Como ocurrió hace cuatro años, cuando decidimos responder a la demanda de productos ecológicos, abriendo una línea ecológica en los productos que ofrecíamos y dando así un paso más hacia la soberanía alimentaria. Como consecuencia, conserveras que solamente producíamos en convencional ahora lo hacemos también en ecológico, creando puestos de trabajo en materia de agricultura ecológica, además de transformar el paisaje de cultivo y dar otro paso hacia la sostenibilidad.

Ahora también hemos abierto otro frente en materia de leguminosas. Tristemente, muy pocos agricultores de Nafarroa se dedican al garbanzo y a la lenteja. Sin embargo, nuestras abuelas e incluso nuestros padres han cosechado este tipo de leguminosas. Creemos, por tanto, que es momento de ir recuperando esa producción y de poner en valor esos productos. Sin traerlos de ninguna otra parte, creando puestos de trabajo, cambiando ese paisaje de cultivo, diversificando el producto y apostando, además, por que esa producción sea ecológica.

Estos días estamos inmersos en la campaña Nafar hegoaldeko uzta eskutik eskura de Errigora. Por mucho que las condiciones propiciadas por la pandemia no sean las mejores, o tal vez por ello, los pedidos se están haciendo a muy buen ritmo. Se nos han acabado la pocha ecológica y el pimiento ecológico y ya estamos trabajando para que más agricultores se pongan a ello y los años venideros no tengamos problemas para poder servir el producto. ¡Bendito problema! Trabajaremos a todos los niveles para que en Nafarroa tengamos todos estos productos, cultivando de la manera más sostenible posible, creando canales alternativos a esta absurda globalización, regalándole esta maravillosa diversidad paisajística a nuestra querida Nafarroa.

Para terminar, querríamos agradecer a todos los consumidores y las consumidoras de Errigora la confianza que depositan en nosotros y nosotras, en los productores y, por supuesto, en la iniciativa. Sin vuestra apuesta todo esto no tendría ningún sentido. Seguimos y seguiremos dando pasos en soberanía alimentaria, sin olvidarnos de que la tierra es nuestra y no del mercado. Sin olvidar que la tierra tiene memoria. Nafarroa nos lo agradecerá.

En representación de los productores de Errigora: Pasta Martinelli, Conservas Iturri, Conservas Ebron, Bardea Olioa, Cooperativa Nuestra Señora de Ablitas, Conservas El Agricultor, Biosasun, Ekolo Productos Ecológicos, Conservas Almanaque y Conservas La Churta