avarra es, probablemente, la región española que más fuerte ha apostado por una industria agroalimentaria de calidad, innovadora y comprometida con el territorio y sus habitantes. En esta apuesta hemos estado todos, tanto la Administración Foral aportando recursos y apoyo estratégico como un empresariado convencido del papel de la innovación y la tecnología de vanguardia. Precisamente este papel destacado de la innovación es lo que marca la diferencia respecto a otras regiones europeas y se sustenta en que en Navarra disponemos de un gran ecosistema de innovación agroalimentario, formado principalmente por cuatro organismos de investigación que reúnen a cerca de 500 personas dedicadas a todo lo que tiene que ver con ciencia, tecnología e innovación en este sector.

Este ecosistema incluye, entre otros, los institutos IS-FOOD e IMAB de la UPNA, el Instituto IDAB del CSIC, la empresa pública INTIA y el Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (CNTA), todos ellos centros tecnológicos y de investigación que están acreditados como agentes del Sistema Navarro de I+D+i (SINAI) y como tales participan y se benefician de todas las convocatorias que se financian desde el Gobierno de Navarra para proyectos individuales, colaborativos, mixtos con empresas y de incorporación de personal. Además, y quizás de lo más relevante, este ecosistema es muy complementario entre sí y abarca toda la cadena de valor de las actividades de la industria agroalimentaria, permitiendo así una relación fluida con la industria y respondiendo a las necesidades y retos de una forma rápida y anticipada. Es una garantía de futuro.

En el ámbito empresarial, NAGRIFOOD, el clúster agroalimentario de Navarra, y la Asociación de Industrias Agroalimentarias de Navarra, La Rioja y Aragón (ALINAR) agrupan a muchos de los actores del sector, fomentando su competitividad.

En este contexto tan especial, en este campo de cultivo, son muy relevantes dos iniciativas de especial impacto para el sector: la participación de Navarra en el Plan Complementario de Agroalimentación, del Ministerio de Ciencia e Innovación, y el proyecto industrial, inicialmente conocido como Ebro Food Valley, que se está diseñando para competir en el futuro PERTE agroalimentario que prepara el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Ambas iniciativas son complementarias y de naturaleza simbiótica. Por un lado, el Plan Complementario de Agroalimentación, en el que participan otras cuatro comunidades autónomas, resultará en la creación de un Hub de innovación y transformación que será coordinado desde Navarra. Este Hub atenderá a los desarrollos científicos y tecnológicos iniciales, acercará la innovación más disruptiva a las pymes (Sandbox), se ocupará del talento y de la formación en nuevas capacidades de las personas de estas industrias y ayudará en la búsqueda de financiación, así como de la divulgación y difusión.

Por su parte, el proyecto Ebro Food Valley es un proyecto vivo, conformado por decenas de empresas, que está orientado a transformar la industria agroalimentaria a nivel nacional, teniendo su epicentro en Navarra. Este proyecto de transformación tiene como objetivo lograr un sector agroalimentario más competitivo, para lo que será clave la transformación digital; más sostenible, evitando el desperdicio alimentario y avanzando hacia una economía circular, y, finalmente, más orientado hacia el vínculo entre alimentación y salud.

Sin embargo, hoy en día la innovación y el sector agroalimentario no se pueden entender como un sector ajeno a las políticas europeas. En primer lugar, debido a que la financiación de este motor económico provendrá de los fondos europeos Next Generation EU, cuyo éxito esta en haber sido la primera mutualizacion de deuda comunitaria en la historia de la Unión Europea.

En segundo lugar, porque el impulso de la agroalimentación sostenible e innovadora proviene del Pacto Verde, la mayor prioridad política de la Unión Europea actualmente cuyo objetivo es reducir la huella climática y transformar todos los ámbitos de nuestra economía, entre ellos la agricultura. Además, el Pacto Verde Europeo, más allá de la movilización de un Plan Marshall europeo para recuperar nuestras economías y transformarlas digital y sosteniblemente, llevará a cabo uno de los paquetes legislativos más grandes de la historia de la Unión.

Este conjunto de leyes, denominado Fit for 55, regulará ámbitos como la eficiencia energética, el comercio de los derechos de emisiones, las energías renovables o las emisiones de la automoción, para conseguir lograr la reducción del 55% de las emisiones de CO2 para el 2030 respecto de los niveles de 1990. Y, por supuesto, también regulará cuestiones claves para la agricultura como el uso de las tierras, los sumideros agrícolas o las emisiones agrícolas, obligando a su descarbonización a través de la innovación de la cadena agroalimentaria.

Por ello, debemos entender la importancia de los objetivos y las estrategias de la Unión Europea en la consolidación de uno de los pilares económicos de Navarra de las próximas décadas: un centro de innovación agroalimentaria en Navarra que haga de nuestra tierra un sitio de referencia europeo.

Sin duda, será una oportunidad de gran impacto para Navarra que permitirá seguir impulsando este sector y situarnos como un líder europeo y mundial en la innovación agroalimentaria. Un sector económico que representa a día de hoy el 14 % del PIB industrial de nuestra comunidad siendo el segundo más grande. Compuesto por 1.270 empresas y 25.000 personas empleadas que necesitan que Navarra aproveche esta oportunidad y otorgue la colaboración pública, la financiación y la adaptación regulatoria necesaria para que la agroalimentación se afiance y una a muchas más empresas y familias en este motor económico.

En definitiva, desde el Gobierno de Navarra y desde las instituciones europeas trabajamos diariamente para convertir a Navarra en un referente de la industria agroalimentaria del presente y del futuro. Una industria innovadora, puntera, sostenible y digital con capacidad para garantizar un desarrollo económico sostenible de Navarra a largo plazo y el de muchas entidades industriales e investigadoras navarras.

Los autores son: consejero de Universidad, Innovación y Transformación Digital; y eurodiputada en el Parlamento Europeo, respectivamente