Ni vendemos humo, ni generamos falsas expectativas. Creemos que si hay voluntad política se consiguen las cosas. Afirmaciones que se pueden aplicar a casi cualquier asunto, pero nos referimos hoy a los límites de gasto que deben cumplir las agrupaciones de electores y pequeños partidos políticos y a las sanciones a las que se enfrentan si los superan. Este jueves en el Parlamento de Navarra, desde Geroa Bai defendimos una moción para pedir que se modifique la LOREG y la Ley de Financiación de Partidos para que estas agrupaciones de electores puedan concurrir a las próximas elecciones municipales en las mismas condiciones que los grandes partidos. Salió adelante, con la abstención del PSN-PSOE y el PP, por cierto.

Vamos a hacer un poco de historia: este mismo Parlamento aprobó una Proposición de Ley para introducir las modificaciones oportunas, lo llevamos al Congreso y allí PSOE y Vox votaron en contra, mientras que el PP se abstuvo. Por distintas razones, seguramente, pero con el mismo resultado. Ni siquiera se pudo tomar en consideración la propuesta del Parlamento navarro.

La promesa del diputado Santos Cerdán era que el asunto se debatiría en la subcomisión habilitada para la reforma de la LOREG. Estamos hablando de septiembre de 2021. Ni una sola vez se ha abordado el asunto en dicha subcomisión, que ha prorrogado en dos ocasiones su informe final. Documento que llegará después de las elecciones de mayo. Por eso hemos tenido que volver a plantear la urgencia con la que se han de acometer los cambios en la ley actual. Por eso pedimos al Congreso que, en el plazo de 15 días, convoque a la subcomisión para estudiar las modificaciones en la normativa y, si no es así, que el Consejo de Ministros tome la iniciativa para conseguir cambiar las leyes.

La situación a la que se enfrentan las agrupaciones de electores y pequeños partidos políticos es muy grave. Sus límites de gasto electoral son tan bajos que les impiden hacer una campaña digna. No lo dice Geroa Bai, ni este parlamentario. Lo dice el Tribunal de Cuentas que, informe tras informe, solicita a las Cortes Generales que acaben con esta situación injusta y absurda.

Las agrupaciones de electores solo pueden gastar en sus campañas 0,11 euros por cada habitante de la localidad en la que se presentan. En un municipio de 1.000 habitantes son 110 euros. Con eso deben pagar carteles, publicidad, mailing, actos de campaña… Imposible. Se da la paradoja de que la subvención que recibirían si obtienen representación municipal superaría esa cifra. Es decir: les corresponde más de lo que pueden gastar. Pero aún más, si superan ese límite en apenas unos euros (si gastan un 10% más) se enfrentan a sanciones de 50.000 euros.

No es de recibo. Es un agravio comparativo con los grandes partidos que pueden acceder a un complemento provincial y no les computa la correspondencia electoral. Así que no compiten en igualdad de condiciones. Y es muy grave. Lo es especialmente en Navarra, donde históricamente es la fórmula de representación elegida por muchas y muchos vecinos para acudir a unas elecciones. En los comicios de 2019, se presentaron más de 300 organizaciones de este tipo; más de la mitad de los ayuntamientos de Navarra están gobernados por una formación independiente. Pero con estas condiciones, no es de extrañar que muchas agrupaciones se lo piensen o directamente acaben por no presentarse a las municipales.

Hay ejemplos de agrupaciones que han sido sancionadas y no se han vuelto a presentar. No solo es injusto, es que además limita la participación, limita la democracia en nuestras localidades. Se nos llena la boca hablando de vertebración territorial, de despoblación, de municipalismo… hacer que estos cambios sean una realidad sería la mejor prueba de que nos lo creemos de verdad. Y si no se hace no será por falta de tiempo, siendo cierto que no queda demasiado, será por falta de voluntad. Quizá porque a las grandes formaciones nos les interesa tener competencia.

El trabajo que se hace en los ayuntamientos es parte imprescindible de la política. Mi profundo reconocimiento a las personas que se implican en esta tarea municipalista. Sea cual sea la fórmula por la que se presentaron aquellos candidatos y candidatas. Sea a través de uno de los grandes partidos o a través de una agrupación electoral. Pero unos tienen muchas trabas para llegar a representar a su municipio, los otros no. Y eso, al menos nosotros en Geroa Bai, estamos convencidos de que no se puede permitir. Lo dicho. No hay demasiado tiempo, pero si se quiere, se puede.

El autor es parlamentario foral de Geroa Bai