Esta semana hemos vivido un episodio triste en el Pleno del jueves del Parlamento que nos sigue preocupando, pues supone un nuevo retroceso para la normalización del euskera e impide que la ciudadanía de un pueblo de Navarra pueda desarrollar sus derechos lingüísticos.

El Ayuntamiento de Mañeru (situado en la Merindad de Estella) ha solicitado el paso de la zona no vascófona a la zona mixta. Un acuerdo alcanzado por unanimidad y que además cuenta con un informe favorable del propio Gobierno de Navarra.

Esta proposición de ley para modificar la Ley del Euskera y así hacer realidad la petición de Mañeru ha sido propuesta por los grupos parlamentarios de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos Ahal Dugu e IE y rechazada con los votos en contra de Navarra Suma y PSN-PSOE.

Carece de responsabilidad democrática que el PSN de María Chivite haya dicho no a una decisión consensuada y tomada libremente por el Ayuntamiento de Mañeru, si recordamos que el PSN en 2010 aprobó una ley que posibilitaba que los ayuntamientos pudiesen decidir pasar de la zona no vascófona a la zona mixta.

Asimismo, no es de recibo el poco respeto manifestado a la autonomía municipal con esta decisión tomada por las dos formaciones mayoritarias. En democracia no vale proclamar a los cuatro vientos el valor de la autonomía municipal y luego saltarse los acuerdos de los ayuntamientos cuando no son de su agrado o no les reportan votos.

Todos conocemos cuál es la realidad sociolingüística de Mañeru con el 10% de ciudadanos vascoparlantes (otro 10% es receptor) y con un porcentaje importante de su población que desea recuperar el euskara. Era el momento de haber escuchado la petición de un ayuntamiento que, respaldado por su ciudadanía, pedía ser incluido en la zona mixta.

Hace poco el presidente del Parlamento de Navarra, Unai Hualde, calificaba la decisión de Navarra Suma y PSN como “una imposición” y afirmaba que “no es de recibo que debates aparentemente superados desde hace doce años en un PSN que asumió que si el pleno de un Consistorio lo decidía y si se daban las circunstancias sociolingüísticas un municipio podía pasar de la zona no vascófona a la mixta”. En su opinión, este “retroceso” supone un “salto cualitativo”. En Irujo Etxea compartimos el análisis y nos parece triste estar en este punto en 2023.

En la legislatura pasada, respetando la petición de numerosos municipios, el pleno del Parlamento de Navarra aprobó la modificación de la Ley Foral del Euskera para extender la zona mixta a 44 localidades más, donde se reconocía a las entidades locales competencia para regular o fomentar el uso del euskera. Ya entonces UPN, PSN y Partido Popular votaron en contra.

Atendiendo la demanda social manifestada a través de acuerdos de sus respectivos plenos municipales, símbolo y representación de la voluntad ciudadana, se buscó adecuar la norma a la evolución de la realidad sociolingüística. En aquel momento solicitaron entrar en la zona mixta localidades como Abaigar, Adiós, Aibar, Allin, Amescoa Baja, Ancín, Añorbe, Aranatxe, Arellano, Artazu, Bargota, Beriáin, Biurrun-Olcoz, Cabredo, Cirauqui, Dicastillo, Enériz, Eulate, Gallués, Garinoain, Izagaondoa, Larraona, Leoz, Lerga, Lónguida, Mendigorria, Metauten, Mirafuentes, Murieta, Názar, Obanos, Olite, Oteiza, Pueyo, Sangüesa, Tafalla, Tiebas, Tirapu, Unzué, Ujué, Urraúl Bajo, Urroz-Villa, Villatuerta y Zúñiga.

Estamos convencidas/os en Irujo Etxea que este paso a la zona mixta no ha supuesto ningún problema para las vecinas y vecinos de estos municipios, sino que además, ha contribuido a limar viejas asperezas y reforzar la convivencia.

Igualmente, estamos acostumbradas/os a oír doctas opiniones que justifican hoy en día los retrocesos en la normalización del euskera argumentando que “no es el momento”, que “hay que sacar el euskera de la batalla política”, que “no debemos imponer el euskara”...

Sin embargo, la situación que atraviesa el euskara en nuestra comunidad, si la comparamos con otras lenguas oficiales y cooficiales de otras CCAA, deja mucho que desear. Vivimos con una zonificación que impide el desarrollo del euskara en media Navarra. Además, el tratamiento que se da al francés, inglés o alemán es más digno que el otorgado al euskara, ya que hay miles de navarras/os que ven con extrañeza cómo su propia lengua materna no computa como mérito en el acceso a la administración en zonas de Navarra, mientras que sí lo hace el alemán, inglés o francés. ¿Cuántas familias para que sus hijos/as estudien en euskara deben desplazarse diariamente a otras localidades? Muchos niños y niñas de Mañeru acuden al modelo D de Gares.

Nos preguntamos qué viejas obsesiones bullen en las cabezas de algunos representantes públicos a la hora de impedir el desarrollo del euskara. ¿Realmente UPN, PSN, PP y Cs sienten el euskara como lengua propia o anteponen los intereses electorales a la recuperación del idioma? Ojalá llegue el día en que se normalice el uso del euskera en nuestros pueblos escuchando las peticiones de sus ayuntamientos y vecinos/as. De forma natural. Sin muros ni restricciones partidistas. La sociedad navarra de hoy no es la de hace 50 años, es una sociedad más plural y tolerante de lo que algunas y algunos piensan.

Baina denporari ezau akabatan tenpra eta iraganean euskalduna izan zen Izarbeibarko eskualde honetan herritarren bultzadarekin euskaren sua berriro piztu da. Azken urteetan euskararen mugak gero eta zabalagoak direnez, Nafar Gobernuak biztanleen gogoak eta eskaerak entzun behar ditu. Horregatik euskarari trabak jartzen dizkion legea aldatu behar da zonifikazio mugak ezabatzen. Hala izanik Nafarroan bizi diren euskaldunen eskubideak bermatuko dira.

*Los autores son: presidente y vocal de la Asociación Irujo Etxea Elkartea, respectivamente