El consejero de Salud, Fernando Domínguez, contestando a una pregunta parlamentaria de VOX sobre los acuerdos con el Sindicato Médico, se sacó de la chistera el informe Remena realizado por la UPNA, que contextualiza la información de la evolución de las remuneraciones del personal facultativo en Navarra. A nadie le extraña que VOX defienda los intereses del SMN, lo que no es de recibo es que el consejero meta en el mismo saco a todo el personal facultativo.

Respecto a las conclusiones de dicho informe, lo que queda meridianamente claro es que más de 500 facultativos cobran por encima de los 100.000 euros, muchos de ellos jefes y jefas de servicio. Se dice también que el sueldo medio es de 85.000 euros, pero esta cifra está distorsionada porque el sueldo de esos más de 500 facultativos condiciona todos los datos. También dudamos de que un facultativo o facultativa joven llegue a estas cifras y mucho menos un MIR.

Uno de los principales problemas de Osasunbidea, unido a la escasez de determinados profesionales, es un sistema retributivo a base de complementos en número indiscriminado (superan la veintena) que fueron pactados fuera de cualquier mesa de negociación, como la subida de los 400 euros mensuales. A eso hay que añadir la cantidad de horas en guardias, peonadas y retribuciones variables para generar tal montante económico.

Es responsabilidad del Departamento de Salud implementar las medidas necesarias para evitar las malas prácticas también económicas en el ámbito público. Es hora de acabar con las jornadas de 24 horas, las peonadas a la carta y la generación de necesidades para completar el sueldo.

El discurso del consejero hace más fuertes tanto a la sanidad privada como a los agentes neoliberales, los cuales pretenden que sobre los recursos públicos caiga el calificativo de “ineficientes”, y sobre su plantilla, el de “peseteros”.

Lo que no se puede permitir es que el personal facultativo continúe trabajando en Atención Primaria como lo está haciendo hasta ahora. La solución pasa por un cambio de modelo asistencial en el que todas las profesionales asumamos nuestra responsabilidad, sin mirar al de al lado, con confianza y desde el trabajo en equipo, teniendo siempre presente que el paciente esté en el centro de nuestra atención.

El Departamento de Salud debe implementar medidas urgentes que demuestren el cambio de modelo anunciado, más allá de críticas a un sindicato que, por otro lado, hace suyo a todo el colectivo, cosa que no es ni cierta, ni posible.

Los discursos anticuados, caducos y repetitivos del SMN no llegan ni a la población, ni a los y las profesionales. La obsolescencia de este grupo de personas que representan al SMN es evidente. Es hora de aportar soluciones concretas y novedosas que nos lleven a la mejora de la calidad asistencial y a la de nuestras condiciones laborales.

Firman esta carta: Iban Irisarri Pizorno y José Miguel Ablitas Muro Delegados de LAB-Osasunbidea