El centro San José (centro de atención integral a personas con discapacidad), desde que lo conocemos ha estado ligado a la educación.

Nuestros usuarios pueden ser desde menores hasta mayores de edad siempre con más o menos necesidades de apoyos básicos, educativos, sociales, y laborales. Todo apunta a que por este mayoritario componente de educación en nuestras funciones, durante más de 30 años era el mismo personal, del mismo puesto de trabajo, cuidador y misma oposición, el que atendía indistintamente en colegios a menores con necesidades educativas especiales y en San José a menores y mayores con necesidades de apoyos educativos y de todos los necesarios.

Es importante entender que detrás de la solicitud de subida al nivel C del personal cuidador de San José está un deseo de unificar criterios para el personal que va a dirigirse en esencia, al mismo público.

En San José lo mismo que en la escuela más del 80% nos dedicamos a acciones formativas utilizando sistemas alternativos o aumentativos de comunicación, utilización de productos de apoyo educativo, métodos de aprendizaje de conductas, manejo de situaciones especiales, etcétera.

Ya que podemos tratar con alumnos con necesidades educativas especiales resulta necesario que sea el mismo personal el que atienda en el colegio y en San José desde la misma categoría profesional prestando los mismos y similares apoyos durante toda la vida.

Además estos alumnos deberían tener garantizado que todo el aprendizaje hecho durante el colegio se continúe en el centro residencial –si es donde continúan estas personas después–, a través de un personal cuidador con un nivel de encuadramiento igual al de los antiguos cuidadores de educación ahora EAEs.

Es por eso que siempre San José ha seguido unos horarios parecidos al colegio, con personal de entre semana y fin de semana. Resulta necesario que siga así, ya que este horario ayuda a los usuarios a tener mejor noción del tiempo y ayuda a que siendo el mismo personal entre semana y fin de semana, los objetivos tengan mejor seguimiento.

Desde hace 5 años se nos separó del mismo puesto y oposición de los cuidadores de educación ahora EAEs. Parece que a nadie en la Administración le ha parecido grave, pero resulta que nuestros usuarios en San José tienen un personal de nivel D para atenderles y en educación el personal al que antes de su subida no se les exigía más que el Graduado Escolar ahora se les ha exigido Certificados Profesionalidad, Bachiller, etcétera y son un personal ahora de nivel C.

Se entiende que las personas con discapacidad deberían tener, tanto fuera como dentro del colegio, los mismos derechos y por tanto el mismo personal con la misma categoría profesional, en este caso nivel C.

Independientemente, el Defensor del Pueblo en 2019 y en 2023 por segunda vez ha solicitado al Departamento de Función Pública y al de Derechos Sociales que hagan efectiva de una vez esta subida al nivel C del personal cuidador de San José. Más incluso, a nuestra afirmación de que ha sido discriminatoria la subida y agravio comparativo, dice que resultaría difícil rechazar esa conclusión y añade que, ante el argumento de la Administración de que existen limitaciones legales para tal subida, dice que ese argumento no es admisible ni determinante –ya que han sido más de 5 años en los que se podría haber dado una solución o haber creado el medio legal para la subida–.

Incluso, sobre la diferencia de los usuarios en Educación y San José dice que unos son menores con discapacidad y otros mayoritariamente mayores con discapacidad y por lo tanto, los argumentos utilizados para justificar el encuadramiento del personal cuidador del Departamento de Educación en el nivel C también podrían ser utilizados con respecto al personal cuidador del Departamento de Derechos Sociales.

En conclusión, lo que siempre hemos pedido en San José es volver a pertenecer a la misma oposición que los cuidadores de Educación como pertenecimos más de 30 años y así garantizar que un mismo personal pueda atender a ACNEES en centros residenciales, en el colegio y fuera de la etapa escolar en centros residenciales durante su vida laboral, adulta y últimas etapas.

La autora es cuidadora en San José