Corría el año 1974 cuando un grupo de familias, lideradas en aquella época por los padres del colegio San Jorge, reivindicaron la necesidad de que sus hijos pudiesen hacer deporte jugando al fútbol. En aquel entonces en los colegios no había profesor o profesora de educación física. Tras varias reuniones con las autoridades de la época, les otorgaron la posibilidad de utilizar los vestuarios del colegio y establecer en un cuarto la oficina y el almacén de material. Así nació la Junta de Deportes San Jorge.

Aquellos padres, en el gris oscuro tramo del final del franquismo, pusieron color a un colegio y a todo un barrio, San Jorge: Monreal, Bermejo, Setuain, Galán, Moreno, Obanos… Algunos de ellos hoy son abuelos de jugadores que siguen defendiendo los colores del club.

San Jorge era un barrio de gente trabajadora, que vivió su propio crecimiento a la par que se desarrollaba el polígono de Landaben y la construcción del propio barrio.

Familias venidas de diferentes lugares de Navarra y de otros territorios del Estado español, que con el fin de mejorar su calidad de vida y las de sus familias se asentaron en San Jorge, todos ellos albergaban un deseo y un objetivo común por encima de cualquier otra cuestión: darles un futuro mejor a sus hijos e hijas.

El club pronto empezó a crecer, y para el año 1977 ya se habían creado las secciones de baloncesto y balonmano, y junto a las secciones de fútbol y futbito el club llegó, en la década de los 80, a mover a más de 600 chavales y chavalas. La señal de que las cosas se empezaron a hacer bien desde el principio es que muchos de quienes jugaron en un inicio pasaron luego a incorporarse como entrenadores y entrenadoras a las diferentes secciones.

Hay que afirmar con rotundidad que la junta de deportes del club ha sido el pilar fundamental del deporte en el barrio. Junto con otras asociaciones culturales y sociales ha formado parte de la coordinadora cultural del barrio que, entre otras interesantes actividades, elaboraba anualmente un nutrido programa de fiestas en torno al 23 de abril, San Jorge.

Además de las instalaciones del colegio, posteriormente una familia residente en San Sebastián /Donostia, cedió el uso del llamado Campo del Merino, dando nombre al bar que había enfrente de dicho campo. Posteriormente el Ayuntamiento de Pamplona/Iruña, tras mucha presión vecinal, construyo el actual campo de fútbol, mantenido, cuidado y gestionado actualmente por el propio club.

La financiación de la junta ha sido siempre mediante cuotas que pagaban las familias, una pequeña subvención del Ayuntamiento de Pamplona/Iruña y el acuerdo de colaboración con el CA Osasuna.

Por supuesto, la Junta de Deportes siempre ha tenido los pies en el suelo, y por eso siempre ha sabido cuidar del bienestar de sus gentes y de su economía.

Durante estos 50 años de vida tres han sido sus presidentes: Jesús Monreal, quien puso en marcha este proyecto. Fernando Díez, quien estuvo al frente de la entidad 39 años desarrollando el proyecto y llevando, junto con el equipo que le apoyó en cada momento, a lo más alto en lo deportivo y en lo humano. Actualmente quien lleva las riendas es José Ramón Martín, que es un fiel portador del espíritu de aquel inicio, manteniéndolo vivo. Los tres se merecen un homenaje, ya que cada uno en su momento hizo todo lo que estuvo al alcance de su mano para poder ofertar al barrio una variada deportiva. Eskerrik asko a los tres.

Algunos tuvimos la suerte de ser jugadores de balonmano, posteriormente entrenadores de esta sección y componentes de la junta, colaborando en su desarrollo y habiendo tenido la gran suerte de conocer a personas cuyo único objetivo era que el club siguiese creciendo. No puedo dejar de mencionar, además de los que ya he enumerado en este escrito, a los hermanos Fonseca (José Manuel y Alfredo), a Juan del Pozo, a Juan Lusarreta, a Adolfo Varona, a Anselmo Ramos, a Pedro Mari Odériz, a los hermanos Rípodas (Ignacio y Juantxo), a Yanot, a Aizkorbe, a Marro, a Anki y otros muchos que no son más que un ejemplo de una lista interminable. Todos, sin excepción, se merecen este humilde y sentido homenaje por sus muchas horas de trabajo, y siempre aderezadas de satisfacciones, alegrías y buen humor.

Por encima de las ideas y creencias de quienes hemos formado el club, con nuestras diferencias y diferentes maneras de entender la vida y el mundo, siempre había una máxima que nos unía y nos sigue uniendo, San Jorge y su club deportivo.

Hay que reconocer que hoy en día las secciones de baloncesto y balonmano se han quedado por el camino, seguramente fruto de la propia evolución de la sociedad donde la oferta de otras actividades deportivas, culturales, etcétera, es mucho mayor que en otras épocas. Perviven con muy buena salud los equipos de fútbol, manteniendo viva la llama competitiva que siempre ha tenido este club.

Hoy San Jorge no se entendería sin la Junta de Deportes San Jorge.

El próximo sábado 22 de junio la junta ha preparado una fiesta para celebrar con el barrio y en el barrio los 50 años de vida del club, en plenitud de salud y dispuesto a seguir luchando y defendiendo los colores de San Jorge.

Bertolt Brecht escribió:

“hay personas que luchan un día y son buenos; / hay otros que luchan un año y son mejores; / hay quienes luchan muchos años y son muy buenos; / pero hay los que luchan toda la vida, / esos son los imprescindibles”. Pues así son las personas que pertenecen, o han pertenecido a la Junta de Deportes San Jorge, imprescindibles.

El autor es exdirectivo