Los apologetas del PAI recurren a una serie de falsos argumentos en defensa del programa. El primero es que la mayoría de las familias escogen el PAI. Para que una familia pueda escoger un centro educativo deben darse una serie de circunstancias, que en muchos casos no se producen: debe existir una disponibilidad geográfica (cercanía al domicilio) y/o tener recursos económicos para pagar las cuotas de los centros privados concertados o poder trasladarse a otros centros educativos. La posibilidad de no elegir el PAI es prácticamente nula para la mayoría del alumnado de las escuelas públicas de la denominada zona no vascófona.

El segundo es afirmar que la evaluación del programa resultó positiva. Esta evaluación se realizó en 2016 con alumnado de 6º de Primaria de 9 centros, 6 del programa British y 3 del PAI, cuando en ese curso había 75 centros en el PAI. La implantación del programa British fue muy diferente al PAI y, además, se produjo un gran absentismo entre el alumnado convocado a las pruebas, por lo que hubo una infrarrepresentación de alumnado con dificultades de aprendizaje, lo que alteró significativamente los resultados.

Por otra parte, el decreto foral que regula el PAI establece que el nivel de inglés a alcanzar por el alumnado al finalizar la Educación Primaria es un A2, y al finalizar la ESO es un B1. Obtener estos niveles es factible a través de clases de lengua inglesa impartidas por especialistas y con una ratio adecuada, mediante un verdadero tratamiento integrado de lenguas con horas de coordinación para llevarlo a cabo.

Se afirma también que las materias impartidas en inglés no rebajan el nivel académico, pero esto se contradice con los niveles a alcanzar expuestos anteriormente. ¿Cómo se puede profundizar y tener un aprendizaje crítico con un nivel A2 en Primaria? ¿Qué tipo de preparación adquiere el alumnado de 4º de la ESO con un B1? El PAI desaparece en Bachillerato ya que, si el alumnado continuara, sería incapaz de acometer con seguridad las pruebas de acceso a la universidad.

Otra falacia consiste en repetir que se ha logrado la igualdad en el aprendizaje del inglés y que ya no es necesario acudir a academias para este menester. La realidad lo desmiente, ya que no solo ha aumentado el negocio de academias y cursos intensivos, sino que se ha desplegado una oferta de clases particulares en inglés para las asignaturas impartidas en ese idioma. La brecha entre el alumnado pobre y el que tiene acceso a los recursos anteriores ha aumentado y se manifiesta en la segregación que se produce en los centros de Secundaria, ya que una parte significativa del alumnado no alcanza ese nivel A2.

Por último, María Chivite firmó en 2014, siendo senadora, junto a otros miembros de su partido, el recurso de inconstitucionalidad contra el programa similar al PAI que se quiso imponer en Baleares, ya que su gobierno del PP exigía el requisito de inglés al profesorado y perjudicaba el aprendizaje de diferentes asignaturas y del catalán. ¿Lo perjudicial en Baleares es beneficioso para Navarra? ¿Hasta cuándo van a seguir contando mentiras?

*Miembros de Steilas Sindikatua