Síguenos en redes sociales:

Colaboración

Ningún animal es ilegal

Ningún animal es ilegalPixabay

Tener animales de compañía es algo que el ser humano lleva haciéndolo desde tiempo inmemorial, pues cada uno a su modo, nos llenan de muchos conocimientos y experiencias. No solo nos limitamos a verlos en su medio natural, también es satisfactorio cuando ciertas especies indican que el ecosistema se encuentra bien.

Como el mismo ser humano, todo parte de lo salvaje, y muchos de los animales que tenemos y llamamos especies exóticas a animales de mascota no convencionales, tales como reptiles y mamíferos, cuando todo lo que tenemos de gatos, perros y animales de granja, el 95% de ellos son exóticos, y además de tanta queja que tienen los ecologistas de que las especies introducidas alteran el medio ambiente, pues imaginemos lo que ya han alterado el ganado por esta zona. Por ese motivo prohibieron injustamente las pitones reales (Pithon Regius), los varanos del Nilo, los suricatos cuando no ha habido ningún caso de estas tres especies asilvestradas. Como también ilegalizar las tortugas limpiadoras de fondo de Annam vietnamitas (Mauremys Annamensis) que en estado salvaje están totalmente amenazadas por la contaminación y pérdida del medio, que las han declarado invasoras en el Estado español cuando ni siquiera ha habido ningún caso con esta especie que muy poca gente posee.

Está bien conservar los ecosistemas y sus especies, y soy el primero que lo piensa, pero lo que no podemos pretender es que el ecosistema sea igual que hace mil años, porque las mismas especies cambian de hábitos y otras nuevas siempre seguirán llegando, lo importante es que se mantengan todas las piezas del ecosistema, tanto de la mano del hombre como no. Si hay problema con alguna, que es más correcta que invasora, hay que atajarlo lógicamente, si la especie nueva acaba con las endémicas como el tritón pirenaico o la galloutia, o la polilla cidalima con especies de arbustos como el boj autóctonas, pero esto no solo es culpa del hombre, sino también de las especies que se mueven con o sin la globalización del hombre como la rata común o el lagarto náufrago en Centroamérica.

El prohibir la cría y tenencia de animales exóticos por el motivo anteriormente descrito no cambia para nada las cosas, la gente aficionada y amante de reptiles o pájaros siempre las va a seguir teniendo, lo que hay que hacer es regular la tenencia de animales al igual que plantas peligrosas o potencialmente invasoras con permisos, conocimiento ante las autoridades competentes y procedencia de cómo mantener dicho animal o vegetal, microchipándolo como se ha hecho con los que tienen pitones en Florida y otros casos parecidos, no la prohibición total, que solo llevará al tráfico ilegal de especies y será peor.

Las especies invasoras o más apropiadamente introducidas no son tantas las venidas de la cría de animales de compañía, como dicen, de hecho la mayoría han venido con las mercancías internacionales, porque si eso fuera así, el campo estaría lleno de hamsters, de cobayas, de conejos de tienda, de reptiles exóticos, como sí ocurrió con las tortugas de Florida, que ni siquiera se demostró que fueran dañinas para el ecosistema autóctono. Esto estaría ocurriendo con todas como las boas y pitones, que las han declarado invasoras cuando aquí sería imposible que prosperaran en este espacio natural.

Estas prohibiciones han sido el caldo de cultivo perfecto para el contrabando de animales, y no ha beneficiado ni al mundo ni a la sociedad ni, desde luego, a los mismos animales. Ahora en el Estado español hay cantidad de animales que antes eran legales y que estaban registrados que ahora se tienen y se venden de manera ilegal, o que la misma ley los trata como animales ilegales y procedentes de un delito cuando ni siquiera son salvajes, por ejemplo una pitón albina, una regiur blanca pastel y tantos animales criados por el hombre de este estilo ni siquiera podrían vivir en la naturaleza, por lo tanto es ridículo que se les siga llamando invasores y que sigan estando prohibidos. Por eso, lo que se debía de hacer es registrarlas como se ha hecho hasta ahora con CITES y su documentación y dejarlas en casa de sus dueños que las cuidan, y no ilegalizar y requisar indiscriminadamente todo animal que no proceda de ninguna captura ilegal de tráfico ilegal de especies.

También se ha llegado a prohibir boas, pitones, varanos e iguanas porque al superar más de dos kilos de peso se les considera peligrosas, esto es miserablemente ridículo, porque en el Estado español no ha habido ningún percance peligroso con ninguno de estos animales, cuando con perros y toros los han habido todos.

Ya con respecto a reptiles venenosos que puedan suponer un riesgo para la integridad de uno esto ya es otra cosa. Yo creo que a estos en vez de ilegalizarlos del todo por los motivos anteriormente descritos, habría que resistrarlos y regularlos como se hace en otros países como Alemania, Holanda, Colombia, Austria, Suiza y EEUU, con su núcleo zoológico o snake room apropiado y su sitio de seguridad apto para estas criaturas como se hace con las armas de fuego, bajo licencia y armario.

En Colombia ahora se ha hecho una nueva regulación de la fauna que trata a los animales incautados por mafias que trafican con especies protegidas ilegalmente, que ya no pueden volver a la naturaleza bien por estar incapacitada o por haberse acostumbrado mucho a la mano del hombre. En dicho país

se les da la posibilidad de adoptarlas para que tengan una nueva vida mejor, no como se ha hecho aquí, que se ha prohibido rasamente casi todo lo no estrictamente llamado normal como perros y gatos.

Con el tema animal tan bueno es poder confraternizar con los animales y poder convivir con ellos, de ese modo nos familiarizamos con ellos y los comprendemos mejor tanto los que haya en estado salvaje para que cumplan su función en ella, y es muy fácil poder hacer las dos cosas, mas allá de papeleos.

Ningún animal sobra en nuestros hogares ni en el nicho ecológico salvaje lejos de cualquier fanatismo animalista y del odio enfermizo hacia especies como el lobo salvaje, de cazarlo para defender los intereses económicos, cazarlo hasta hacerlo desaparecer debido a malas gestiones.

En resumen, ningún animal es ilegal.

El autor es técnico agroforestal