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Nadie debería pedir lo que nunca dio

Nadie debería pedir lo que nunca dioEP

Podemos argumentar mentiras, incoar falacias, defender lo injustificable; pero defender lo obvio es, con frecuencia, ciencia ficción. No importa los argumentos que utilices, las cifras que contrastes, los datos que corroboren incluso la ideología que subyace: el éxito de su defensa raya en la misericordia del oyente.

Esto ocurre en todas las guerras, incluso las de baja intensidad. Se usa diferente terminología por parte de la contraparte; el constructo del relato es la más reconocida. No va de bandos, ganadores o perdedores, va de obviedades, de legalidad y de dignidad, de derechos humanos.

Palestina es el paradigma de la dificultad que supone la defensa de lo obvio y ejemplo de la distancia entre la actitud chulesca inmisericorde y la dignidad de un pueblo masacrado. Son obviedades tan obvias que resulta embrutecedor el silencio del poder constituyente y la falta de carisma de la Unión Europea en su conjunto.

1. Israel está cometiendo un genocidio en Gaza. Esta afirmación está contrastada con datos, tiene rigor acorde al derecho internacional y no depende de ideologías. Todas las organizaciones internacionales que tienen en su ADN la neutralidad como valor, así lo claman. Quienes se posicionan poniendo en duda tal obviedad, muy pocos y caracterizados de narcisistas maquiavélicos, utilizan ante tal diagnóstico el argumentario acusador de antisemita; ni siquiera se molestan en retorcer el lenguaje. La acusación de antisemita pareciera les da derecho de pernada para seguir cometiendo atrocidades, masacres. Los totalitaristas asesinan incluso el significado internacional, compartido y ajustado a derecho de palabras como genocidio, pero la verdad de los hechos se impone a cualquier vaguedad semántica. Los genocidas gozan de impunidad, implícita en el argumento de autodefensa.

2. Los tiempos políticos están muy alejados de los tiempos de vida. Los presidentes de países, especialmente de la UE, consignando a Israel a detener las matanzas bajo amenaza de reconocer a Palestina supone la “pupa nene”. El gobierno de Israel debe estar asombrado de la incompetencia de los líderes occidentales. Es una obviedad que las declaraciones no bastan, nunca han bastado, puro postureo politico; la sociedad palestina no necesita consignas banales, necesita hechos y acciones. Las declaraciones encorsetadas y pronunciadas con la boca pequeña sirven solo para que el gobierno de Israel brinde con champan cada nueva declaración. Ningún politólogo responde a la pregunta sobre cómo es posible que un país de 9 millones de habitantes ponga de rodillas y en silencio a la comunidad internacional y esta responda exclusivamente con declaraciones vacías de contenido. Y ello es otra obviedad.

En el mismo plano cabe situar las declaraciones de la UEFA en contra de la matanza de niños palestinos; pura retórica de la indignación. Solo falta que organice, sin prisa, un amistoso a favor de la paz en el mundo.

Estas personalidades podrían ser acusados de mistanasia, de muerte por abandono indigno de personas.

3. Declaraciones de ex-personalidades israelíes. El odio es mal compañero de viaje. Nadie (eso pienso) nace odiando, pero si te educan con odio y con fanatismo, acabas odiando sin ningún pudor. Hay organizaciones israelíes (Peace Now, BTselem) antiocupación que intentan referir hechos y datos sobre matanzas y crímenes judíos sobre palestinos e incluso califican a su país de genocida; pero el 85 % de la población de Israel (Haaretz) quiere expulsar a los palestinos de Gaza. Es la misma población que se manifiesta contra el gobierno de Netanyahu por no hacer lo suficiente para liberar a rehenes en poder de Hamas, sin importar a qué precio, En la otra Palestina, Cisjordania, los ultras colonos judíos tienen un poder omnímodo sobre la vida y los bienes de los palestinos. Estos mismos colonos, matarifes sin escrúpulos, son instigados por el gobierno y jaleados como héroes por la población civil, lo que supone la gazificación de Cisjordania, verdadero patrón-oro de Netanyahu.

4. Hambruna como arma de guerra. No es suficiente asesinar con encarnizamiento mediante bombardeos y francotiradores a más del 6% (The Lancet) de la población de Gaza, niños en un 40 %. Tampoco con presentar la mayor incidencia de niños mutilados ni con destruir viviendas y hospitales, así como obligar a desplazamientos (12) masivos de la población. Israel necesita destruirles como personas, deshumanizarles no solo con declaraciones (bestias con forma humana) de ministros israelíes, además de manifestarlo con la máxima expresión del fascismo mediante el hambre generalizado, convirtiendo a los palestinos en cadáveres andantes. Y si el gobierno israelita, con el visto bueno mayoritario de la sociedad israelita utiliza metodología fascista para lograr sus objetivos, es una obviedad que ese gobierno/sociedad es fascista. Adolf se ha convertido en el gran inspirador del gabinete israelita.

5. Nadie debería pedir lo que nunca dio. Los trumpistas, bufones poderosos, continúan apoyando una política de exterminio hacia los palestinos. Esta política es suicida incluso para el mismo pueblo de Israel.

Entre ofrecer la otra mejilla y el ojo por ojo, la traducción actualizada se puede resumir en la expresión: nadie debería pedir lo que nunca dio. Israel se convertirá en un estado paria habitado por ultraortodoxos obsesionados con la idea de pueblo elegido; los propios judíos rechazaran su convivencia, traduciéndose en un apartheid de sí mismos. Y mientras, Donald y Bibi candidatos, en sueños húmedos, al premio nobel de la paz.

Los palestinos y la sociedad internacional no pueden permitirse el lujo de olvidar ni la tentación de ser pesimista.